— ¡Todavía no han visto nada! Las aguas del océano se convertirán en sangre. El hombre está
Cuando terminó el sermón, los feligreses gritaron ¡Aleluya! Finalizado el culto de adoración se dirigió a la gasolinera, llenó el tanque de su cadillac con 66 dólares. Con seis más compró un melón y se dirigió a su casona.
El resto de la congregación, portando bolsas plásticas, se alistó de voluntaria para ayudar a limpiar el Golfo de México y salvar a los pelícanos.
@Edwin Ferrer

