Después de cinco días locos, el pastor entregó las llaves y le dijo “ese automóvil está poseído por la voz seductora del demonio, juega con tus emociones y tienta las debilidades de la carne para hacerte cambiar de rumbo.”
La dueña del alquiler de coches, sin pelos en la lengua contestó “pague lo que debe y no se haga el loco, que usted se fue de fiesta y ahora le echa la culpa al GPS.”
Horas más tarde la señora se llevó el mismo coche para la cita con su maquillista. A mitad del
Esa noche la arrestaron en una finca de Santa Isabel. Dicen que tenía la cara embarrada con semillas de melón.
©Roberto López
