Después de cinco días locos, el pastor entregó las llaves y le dijo “ese automóvil está poseído por la voz seductora del demonio, juega con tus emociones y tienta las debilidades de la carne para hacerte cambiar de rumbo.”
La dueña del alquiler de coches, sin pelos en la lengua contestó “pague lo que debe y no se haga el loco, que usted se fue de fiesta y ahora le echa la culpa al GPS.”
Horas más tarde la señora se llevó el mismo coche para la cita con su maquillista. A mitad del
camino oyó el “ding” de una campanita y una suave voz la incitó a que se mirara en el espejo. Y vio el rostro de una bella mujer, veinte años más joven. Y otra vez se oyó la voz que dijo, Yo sé dónde crece una fruta que con solo tocarla te embellece la piel, “ding” a media milla vira a la derecha.
Esa noche la arrestaron en una finca de Santa Isabel. Dicen que tenía la cara embarrada con semillas de melón.
©Roberto López