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Bailes y orquestas en Salinas: antes y después de 1950 / Félix Ortiz Vizcarrondo

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“El olvido está lleno de recuerdos”
                          Salvador Tió Montes de Oca
“Sus bailes son de lo mejor
Orquestas buenas allí van
Desde la plena hasta el danzón
Todo se baila a perfección”
                       Héctor Hernández

Salinas vivió una época dorada cuando fue la meca de los bailes en Puerto Rico que amenizaban las más famosas agrupaciones musicales de aquellos tiempos.

Los bailes era la actividad social preferida y además de practicarse en las fiestas hogareñas era común ver a la gente bailar al sonido de las velloneras en terrazas de cafetines y bares a lo largo y ancho de toda la comarca. Sin embargo, existían unos negocios preparados específicamente como centros de baile que cobraron fama durante el  siglo 20.  Entre los centros de baile más reconocidos estaban:

Ciertamente las más famosas orquestas amenizaban los bailes, entre las que se recuerdan:

Entre los combos que amenizaron decenas de bailes en los salones de Salinas están:

Actualmente se continúan celebrando bailes domingueros en algunos bares y lechoneras, generalmente amenizados por grupos musicales que utilizan las conocidas pistas musicales acumuladas en computadoras. Los sitios de baile que existen actualmente son:

El hermoso diseño de la antigua Plaza Delicias incluía una pista de baile central. En la actual Plaza de Recreo casi no se baila, los bailadores se han convertido en meros espectadores de las orquestas. En las comunidades San Felipe, Coquí y Aguirre todavía se baila en sus pequeñas plazas durante las fiestas y festivales populares.

A continuación ofrecemos datos sobre la ubicación de algunos de los sitios de baile ya desaparecidos.

La Guagüita (Villa Paraíso)

Estaba ubicado al final este de la Calle Santos P. Amadeo (Antigua Calle Unión) entre el actual negocio Salinas Hospital Supply y la residencia de Doña Ernestina Santos. Existe aún el edificio  que ocupaba. Originalmente era un patio destechado en el que su dueño Julín Jiménez colocó el armazón de un destartalado autobús que convirtió en la barra desde la cual se expendían las bebidas, por eso el nombre de La Guagüita. Cuando se remodeló y se eliminó la barra con la guagua, Julín le cambió el nombre a Villa Paraíso, pero nadie le hizo caso y continuó llamándose La Guagüita.

El San Juan

Estaba en la calle Luis Muñoz Rivera en los altos donde ubican actualmente la Iglesia Torre Fuerte y la tienda Génesis.

El Patio

Ubicaba donde lo que es hoy el estacionamiento municipal de carros públicos, en la calle Santos P. Amadeo (Antigua Calle Unión). Era precisamente un patio al que se le construyó una pista de cemento y una tarima techada.  Cuando llovía, cosa que ocurría muy pocas veces, los bailarines se arremolinaban bajo un pequeño espacio techado que había al centro, o simplemente se empapaban.

The Under the Trees

Estaba ubicado en Los Poleos, frente a la entrada del Cementerio Municipal Pablo “Wico” López Gómez.  Era también un sitio mayormente al aire libre, cuya parte techada eran los bajo de una antigua casona de madera construida en el lugar muchos años antes de convertirse en un negocio de bailes.

La Concha

Estaba localizada donde hay actualmente un el Área Recreativa Municipal en la carretera nacional número uno entre Salinas y Santa Isabel. Aún existen restos de sus ruinas frente a unos pinos que hace más de cincuenta años existen en el lugar.

El Bocamar

Estaba localizado también en la carretera nacional número uno a cuatrocientos metros de distancia de La Concha, frente a la entrada de la Hacienda Las Carolinas. También se puede aprecias en el lugar los restos de la pista de baile.

Villa Colorado

Fue un centro vacacional ubicado al cruzar el Río Niguas desde el sector Caño Verde, detrás de la comunidad Las Marías. Aún existen las ruinas.

Hoyos Moonlight

Night Club que existió en Las Marías en lo que hoy es Salinas Rental. Su dueño fue Don Genaro Hoyos Gómez, paramédico denominado cirujano menor.

El SUA

Un club social formado por personas residente en las comunidades del barrio Aguirre de Salinas.  Localizado en la antigua aldea corporativa de Aguirre, su nombre surge de las iniciales de Socios Unidos Alegremente. Este salón se engalanaba con la presencia de afamadas agrupaciones musicales especialmente durante las fiestas patronales de Aguirre y del Coquí.

 

De tanta fama gozaban los centros de baile de Salinas que no era extraño que se celebrara más  de un gran baile simultáneamente. En Salinas hubo ocasiones en que se celebraron cinco bailes en una misma fecha, especialmente durante las Fiestas Patronales. No era raro que en las noches de fines de semana de fiestas patronales, afamadas orquestas se presentaran exitosamente en La Guagüita, El Patio, The Under the Trees, El Bocamar y en la Antigua Plaza Pública. La Concha regularmente celebraba un grandioso baile de aniversario anualmente.

Los bailes se celebraban de 10:00 a.m. a 3:00 p.m. El costo de la entrada oscilaba entre cincuenta centavos y seis dólares, dependiendo de los grupos musicales. Los contratos fluctuaban entre ciento cincuenta dólares ($150) y seiscientos dólares ($600).

Entre los mozos y “Bartenders”  de aquellos tiempos estaban: Miguel A. Colón Rivera “Cháfiro”, Nemesio Green, Héctor R. Ortiz “Chafa”, Efraín Ramos, Francisco Mariani, Ernesto Pagán y Rafael Díaz Colón.

Cabe recordar a los propietarios de los más famosos lugares de baile que funcionaron en Salinas en el siglo pasado:

La Guagüita (Villa Paraíso) – Julio “Julin” Jiménez

El San Juan – Juan Pablo Colón

El Patio – Doña Cruz Álvarez

The Under the Trees – Enrique Voss

La Concha – Frank Rexach

El Bocamar – Ramón Fernández

Villa Colorado – Lucita Colorado y Rubén Fratichelli

Entre los rones que se consumían durante aquella época había marcas que aún existen y otras ya desaparecidas. Los preferidos eran: Don Q, Superior, Palo Viejo, Bacardí, Llave, Venerable, Cofresí, Barrilito y Bocoy.

Como dato curioso le ofrecemos una lista de precios de las bebidas que se servían en El Bocamar.

El servicio consistía de hielo, tres refrescos y la bebida alcohólica principal.

Regularmente los bailes eran bien concurridos y festivos, aunque no faltaron ocasiones en que se desataban peleas.

Era costumbre entre la muchachada reservar un dólar, el que podía, para la merienda que de madrugada solía hacerse, una vez terminado el baile. Era tradición visitar después del  baile el restaurante El Almendro, para saborear el sabroso “bistec” con papas fritas o un pastel con papas fritas.

El plan alterno, en caso de que el presupuesto estuviera débil, era hacer un serrucho para comprar pan con mantequilla y mortadella. Agraciadamente la panadería del pueblo laboraba 24 horas, los siete días de la semana.

Luego de la merienda en plena madrugada se procedía a llevar serenatas hasta que calentara el sol.  Al amanecer, se escogía una víctima donde ir a desayunar pan, huevos rancheros, huevos estrellaos, o lo que fuera.

Tal vez este escrito le cause nostalgia y le traiga recuerdos de los romances surgidos en los bailes, especialmente bajo los tres árboles frondosos de tronco ancho del The Under the Tree, curiosamente árboles de la especie dormilones. A otros, quizás le recuerde las veces que bailando en El Patio, le cayó encima un mango a usted y a su pareja mientras acurrucaditos escuchaban los boleros cantados por José Luis Moneró.

Durante aquellos años del siglo pasado también existieron otros sitios donde se bailaba sensualmente con movimientos pélvicos acelerados y placeres sexuales, como fueron La Cangrejita, El Bohío Solitario, El Bungalow, El Impala, El Mocambo y otros más, que es justo hacer constar como parte de la historia de la vida social de nuestro pueblo.

Con este escrito hemos querido recrear unas vivencias para que nuestra gente descubra en los tiempos de ayer algunas de las explicaciones que dan sentido al presente. Mi agradecimiento a todos los que colaboraron con este escrito, ya que son cómplices del mismo. No publico sus nombres porque los analfabestias los pueden fichar.

©Félix Ortiz Vizcarrondo

Editado por SRS

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