Un día los magos de Oriente

Olvidaron su montura,

Por allá por la llanura,

En un pueblo de occidente.

Pero el Señor diligente

Y con su mente de rayo,

Dijo que al cantar el gallo

Sobre suelo borinqueño

Los reyes vendrían risueños

Montados sobre caballo.

 ***

Por eso es que a mí me gusta,

Cuando llega el seis de enero,

Aunque verlos yo no puedo

Deslizare entre las sombras.

No sé si serán sus montas,

O mi fe siempre creciente,

Pero lo que un niño siente,

Cuando enero está con él

Y hace su alegría crecer,

No es producto de la mente

 ****

No importa si la montura

De los reyes ha variado,

Eso ya se ha comentado,

Desde el llano hasta la altura.

Ya sea en una jaca obscura,

Quizás un potro limeño.

Todo niño borinqueño

Lo que espera el seis de enero

Es el presente sincero

Que alimentara su sueño.

 ***

Por eso es que en Puerto Rico

Nuestra Santa Epifanía

Nos llega siempre ese día

Cubriendo llanos y picos.

Sus flores cual abanicos

Se desplazan por la sierra.

Nuestra voluntad se aferra,

Pues los reyes de esta historia

Llenan los niños de gloria

Sobre toda nuestra tierra.

 

©Osvaldo Torres Santiago
Del libro: Décimas Navideñas
Editorial Letras de América
Ilustración: José Pelegrina
artefuego@yahoo.com