“A teacher affects eternity; he can never tell, where his influence stops.” Henry Brooks Adam
“Ya que me gusta enseñar, y como me doy cuenta con mis maestros de esa situación, Quiero ser maestra.” Así se expresó a los once años Evelyn Ortiz Dávila cuando cursaba su cuarto grado en la Escuela Santiago R. Palmer de Salinas a preguntas del reportero Miguel Rivera del desaparecido periódico El Mundo. La entrevista ocurrió durante la inauguración de una biblioteca que la estudiante prometiera crear cuando competía por la presidencia del Club de Español. Luego de ser electa logró cumplir plenamente su promesa con el apoyo de estudiantes, padres, maestros y de la comunidad.
Posteriormente se destacó como una excelente estudiante siendo alto honor en las graduaciones sexto grado, noveno grado y cuarto año.
Se graduó de la Universidad de Puerto Rico en Cayey donde obtuvo un bachillerato en ciencias naturales con una concentración menor en educación. Durante trece años ejerció el magisterio en las escuelas intermedias del Coquí y de la zona urbana. En 1989 paso a formar parte de la facultad pionera de la Escuela Especializada en Deportes del Albergue Olímpico localizada en el barrio Lapa de Salinas. Allí laboró durante dieciocho años como maestra de biología, química y física. Luego de dedicar treinta y un año a la carrera magisterial se jubiló en el 2008.
En Evelyn la vocación por la enseñanza se inició temprano en su vida. Para que conste en los registros de la historia de la educación en nuestra región incluimos como anejos los artículos publicados en 1965 por la Revista Escuela y el periódico El Mundo que lo comprueban.
©Félix M. Ortiz Vizcarrondo


Me siento muy contento el poder leer todos estos escritos de mi querido pueblo de Salinas, especialmente de La Carmen, porque ahí nací y me crie. Recuerdo muy bien a Evelyn, porque fue mi pareja de baile muchas veces en los bailes de niños que se hacían en las fiestas patronales y también fuimos compañeros de escuela en la Palmer. Gracias por tan bonitos recuerdos. Dios les bendiga….
Raúl Díaz Suarez, desde Chicago, Illinois
Felicidades a Evelyn por ser tremenda maestra y salinese ejemplar. Es un gran honor para nuestro pueblo desarrollar personas como ella. Que Dios la bendiga y que disfrute su retiro.
“Volemos, amigos, al bosque corramos”, dice la letra de una hermosa canción escolar que aprendí de Mrs. Colón (Gudelia Colón), que pone de manifiesto el carácter ligero, de movimiento progresivo, que encarga la educación en sus sentidos práctico y filosófico. “Y presto subamos al rico mangó”, nos dice de la dulzura quer presupone el saber.
Evelyn Ortiz Dávila, ejemplifica todo lo anterior y más. Su vida, dentro y fuera del salón de clases fue y es un ejemplo a emular. Su alegría contagiosa, su palabra enriquecedora y acariciadora, su salinismo y su recio, definido y sin doblez sentido de la amistad y la lealtad la colocan en un lugar privilegiado entre los seres que habitan este planeta.
Muy buen escrito, amigo Félix, honrando a una mujer que es todo honra y honradez.
GRACIAS
Un aplauso a mi colega! Los maestros cargamos con un deber divino en los hombros y mostramos al mundo la sonrisa del deber cumplido como tú dices.
Saludos
Gloria