La elección de un sucesor a la alcaldía de Caguas fue ciertamente un proceso apresurado, atropellado y torpe que puede tener graves consecuencias para el PPD en la ciudad criolla.
Los que promovieron apresuradamente el proceso de elegir el nuevo alcalde de Caguas no hicieron otra cosa que llevar a William Miranda Torres al cadalso. La ingenuidad e inexperiencia de Willito impidió que éste advirtiera su inevitable derrota en el seno del Comité Municipal del Partido Popular. No era ningún secreto que quien dominaba ese cuerpo político era el grupo del representante Conny Varela, que desde hacía tiempo venía ganando terreno en un espacio abandonado por el propio fenecido alcalde y poco visitado por los nuevos tecnócratas acomodados en las dependencias del gobierno municipal.
La torpeza política reinó en ambos bandos, que en último momento se redujo a dos grupos, los pro Conny y los anti Conny. Pero lo cierto es que la mayor torpeza política la promovió Héctor Ferrer y la plana mayor del Comité Central del PPD al propiciar un proceso que algunos alegan carece de total legalidad.
La intromisión del PPD en los asuntos de Caguas desde hace algunos años venía creando ronchas entre el liderato cagüeño, solamente acallado por la poderosa figura de Miranda Marín. La derrota de PPD en las pasadas elecciones provocó una estampida de igualaeros[1] hacia el municipio de Caguas. Se afirma que la otorgación de contratos, algunos muy jugosos, acrecentó la presencia por las dependencias municipales de figuras de la camarilla pepedeísta sanjuanera.
Ante lo improbable de Alejandro García Padilla pudiera imponerse a nivel del Comité Municipal como el alcalde sucesor frente a Conny Varela y la resistencia a celebrar una primaria, es que surge la figura de Willito. Pensaron que nadie mejor que el hijo de Willie para impedir la ruptura y asegurar la “unidad” del partido en Caguas. Pero la torpeza del PPD a nivel central abortó el proceso tal como lo habían diseñado.
A los líderes de bases del Comité Municipal de Caguas les molestó la intromisión del liderato central, quienes en un momento dado pretendieron presidir el proceso. Tal molestia llevó inclusive a devotos willistas a votar en contra Willito, quien nunca pudo reunirse con ellos por lo forzado del proceso impuesto por el PPD. El PPD provocó esa situación y la inexperiencia de Willito le impidió ponderar la verdadera situación en las filas cagüeñas, que a todas luces mandaba que Miranda Torres tuviera un contacto previo con los líderes locales. Los líderes locales estaban “hablados” con Conny, no así con Willito.
Por otra parte Conny Varela, desde la pasquinada, venía dando tumbos en su estrategia. La impaciencia y el apremio lo llevaron a cometer graves errores que ahora tiene que subsanar de inmediato. El más grave fue su apresurado endoso a Willito como sucesor a la alcaldía. Ese endoso y su posterior aceptación de la nominación en la Asamblea del Comité Municipal pone en entredicho su credibilidad y el valor de su palabra. Después de este evento, un sector del pueblo popular de Caguas lo considera un traidor y hombre de poca palabra. Sabido el resultado, una buena parte del público que esperaba la decisión frente a la sede del PPD en Caguas estalló en ira, al punto que Varela tuvo que ser escoltado fuera del lugar.
Le corresponde a Conny Varela subsanar la alicaída imagen que arrastra tras este proceso y reafirmar entre los populares de Caguas el compromiso que encierra lo que manifestó luego de la votación: “Aquí en Caguas no ganó Conny Varela, aquí en Caguas ganó el Partido Popular, aquí en Caguas ganaron los pensamientos y la filosofía de participación ciudadana y de gobernanza democrática.” Lo cierto es que si prevalece el canibalismo en las filas populares, veremos, tantos a los pro Conny como a los anti Conny, vagar sin la soga y sin la cabra y fuera del recientemente construido bunker alcaldicio.
[1] Beneficiarios de igualas
Lo felicito por su excelente análisis. Solo quiero aclararle dos cosas: una, los pasquines los pusieron los detractores de Conny para perjudicarlo y presionarlo para que endosara a Willito, lo cual lograron en su momento. Dos, es falso que a Conny lo tuvieran que sacar escoltado del comité. Eso lo publicaron algunos medios porque se lo dijeron terceros y otros lo repitieron, pero los que estábamos allí lo vimos salir del comité con su esposa y sus seguidores detrás sin ningún problema. Lo que pasó fue que unos “seguidores” de Willito que estaba allí desde temprano, algunos de ellos bebiendo cerveza, lo estaban esperando abajo para insultarlo y se le fueron detrás. Cuando llegó a la esquina donde está el Banco Popular, a pocos pasos del comité, unos policías municipales que estaban allí se dieron cuenta del asunto y lo cubrieron para protegerlo: dos policías a cada lado. Pero decir que tuvo salir escoltado del comité es una media verdad, por no decir mentira.
Esos que echaron por la borda el trabajo de Miranda Marín son más que un mero Conny Varela. El complot sigue y lleva al PPD a estrellarse.
El asunto del PPD y la alcaldía de Caguas es más complejo de lo que aparenta. Se ha utilizado el término entrampamiento para explicar las acciones de Conny Varela, pero en realidad aquí lo que se dio fue la reacción a otro entrampamiento, el de la institución PPD contra un candidato.
Desde un principio, percibiendo lo que se venía venir, opine que la sucesión de William Miranda Marín se debía realizar mediante primaria. Imagine el resultado y vera lo conveniente de este método.
El responsable de lo que sucedió en Caguas es la cúpula del PPD encabezada por Héctor Ferrer y su secretario de partido.
Desde un principio quería sacar de carrera a Conny Varela aduciendo prejuicios como: es bruto, no sabe hablar, no tiene porte, etc.
No es la primera vez que la cúpula le tira toda la maquinaria de partido y saca de carrera a un candidato por prejuicios o porque no pertenece a la “oligarquia” Recuerden a Gauthier y Machado en San Juan y siga sumando.
El grupo de Conny, claro que se molestó, claro que jugó con bolas duras y negras, pero la verdad, porque los estaban tratando con igual medicina.
En esta situación no estaban actuando monjitas de la caridad, aquí lamentablemente esta actuado la “cosä nostra política” Por eso el propio partido no optó por las primarias, método, que después del resultado no esperado, se pide a grito, cuando era lo obligado y conveniente desde un principio.
Pero lo absurdo del caso es que Héctor Ferrer, luego de proclamar el método de delegados como democrático a la salida de la Asamblea de Caguas, al día siguiente, incita a que lo impugnen, proclamando farisaicamente la manifiesta inmoralidad política y tramolla del ganador. Le echa leña a un asunto que afecta a su partido por donde quiera que se mire. ¿Ineptitud, incitación, violencia o inmoralidad política?
La situación del PPD en Caguas no se llama unicamente Conny Varela, tiene otros nombres, y más que un acto a asentamiento de la moral pública o privada, huele a botín de guerra.
Que en Paz descanse Willie.
En Caguas hay mucha gente decente, algunos de ellos importados desde Salinas, que no permitiran que este golpe de estado prospere. Hay alternativas para evitarlo y es necesario que se haga lo mas pronto posible….
Los pasaron por la piedra.
Conny Valera, como todo politiqueros, desclasado y sin verguenza (mi madre lo hubiese llamado “fregao”), intercambió su nombre, que no es gran cosa, y su verguenza, que parece era todavía menos gran cosa, por la Alcaldía de Caguas.
Los politiqueros son como las palomas, que todo lo ensucian. Tanto es así, a las palomas me refiero ahora, que se enacaraman al Moisés de David o en el edificio más hermoso que se haya erigido jamás, no para admirar su belleza de cerca, sino para usarlos de letrina. Igual pasa con los politiqueros que lo cagan todo, todo… TODO.
Conny Varela lloró, como una changa hambrienta (” Yo no puedo más…” “Esto es un abuso…”). Pero detrás de ese comportamiento que acusa linduras de carácter poco edificantes, se escondía la intención de morder, de picar alante, para saciar su voraz apetito, porque si algo es típico entre los politiquerosd es que SIEMPRE tienen hambre. Son una partida de glotones, afrentaos. “Tragaldabas”, era la palabra que mi madre usaba más a menudo para calificar a los que se comían, si los dejaban, hasta a la madre que los parió.
En Caguas ganó todo aquello que Willie Miranda Marín pareció combatir toda su vida dentro de ese partido colonialista minado, como sucede con ese tipo de colectividad, por una caterva de insaciables politiqueros que sólo al clamor de sus estómagos parecen obedecer: el troglodismo politiquero.
Por años limpió las calles de Caguas con esmero. Día y noche se esforzó por hacer de su municipio esa estrella de luz en un universo en tinieblas y en menos de lo que uno cuenta un chiste las aves de malaguero, palomas nocturnas, rapiñosas, portadoras de malas nuevas, lo cagaron todo, todo… TODO.
Hay que joderse