Las elecciones presidenciales de los Estados Unidos celebradas en 1840 marcaron un hito en la historia electoral. Por primera vez los candidatos a presidentes apelaron directamente a las masas de votantes utilizando modos nunca antes vistos; llamando la atención aquellas en que los partidos adoptaron plataformas definitorias de sus fundamentos de lucha y compromisos con el pueblo. Fueron aquellas elecciones las primeras caracterizadas por la bagatela y misceláneas que ha venido a definir la política moderna, a saber, banderas, mercancías, eslogan y jingles: es decir, canciones temáticas de campaña.

Una de las canciones de aquella campaña exhortaba a los electores a votar: ¡Turn Out! ¡Turn Out! Quiere decir ¡Sal A votar! ¡Sal A Votar! En efecto  lo hicieron y el 80% del electorado voto en aquellas elecciones del siglo 19. Pero fue la canción emblemática de campaña la novedad de las elecciones de 1840 que impuso su huella en los libros de historia de las escuelas superiores de Estados Unidos.

Muy pocos recuerdan el significado real de la frase  “Tippecanoe and Tyler too.” Ese era el estribillo de una canción de campaña del Partido Whig que elogiaba a su candidato a la presidencia en aquellas elecciones William Henry Harrison, conocido como “Old Tip”y a su compañero de papeleta para la vicepresidencia John Tyler. Harrison fue el héroe militar en la Batalla de Tippecanoe, un choque entre el Ejército de Estados Unidos y fuerzas Indígenas dirigidas por Tecumseh y una Confederación de Tribus.

El jingle del Partido Whig también atacaba a su oponente, el entonces presidente demócrata de los Estados Unidos y candidato a la reelección, Martin Van Buren, a quien las líricas catalogaron como “Little Van”. El Partido Demócrata, por su parte, para contrarrestar la propaganda Whig trató de pegar un estribillo musical vinculado al nombre su pueblo natal. El mismo elogiaba al candidato y hacía honor a Kinderhook, un pueblo del estado de Nueva York. Sus seguidores cantaban  el estribillo “Old Kinderhook”en todas las actividades de campaña de tal forma que ese sobrenombre pegó y, según una versión, dio lugar a la locución que ha quedado en el léxico universal hasta estos días de forma corriente como “O.K.”,  o sea “Old  Kinderhook”, que significa que se está de acuerdo, que se asiente, que está bien.

En aquellas elecciones las apuestas estaban en contra del candidato William Henry Harrison, quien perdió las elecciones anteriores frente a Van Buren. Era una especie de revancha. La situación política se inclinaba de esa forma debido a que Harrison tenía 68 años, hecho que para los estándares de la época se consideraba un viejón.  Particularmente no lo consideraban un pensador profundo. Aconteció que un reconocido periódico del Partido Demócrata publicó que Harrison se encontraría perfectamente feliz si se dedicara a pasar el resto de sus días en una cabaña de troncos (Log Cabin) con una jarra de Whisky.

Harrison, quien era muy astuto, se las ingenió para revertir esas críticas para su beneficio  y ventaja. Conforme indica el historiador Richard S. Elliot, los mítines, caravanas y paradas  de las elecciones de 1840 son el punto de partida para la carnavalización de la política en América y en las democracias modernas.

El Partido de los Whigs de Harrison lanzó la publicación de un periódico llamado “Log Cabin” para cubrir sus eventos, utilizo un saludo de asentimiento con la cabeza para afirmar la imagen de Harrison como un hombre de pueblo y publicó un drama sobre la referida crítica. Por otra parte un destilador de  Philadelphia de nombre E.C. Booze, comenzó a vender whisky en botellas con forma de “Log Cabin”. Desde entonces “Booze” es sinónimo de whisky.

Por su parte los Demócratas se vieron forzados a contrarrestar la campaña de desinformación Whig  y a mejorar la articulación de su campana adoptando una declaración de principios que se conoció como la “Plataforma del Partido”.  El programa del partido abarcaba nueve asuntos. Adoptaron esa plataforma en su convención, nada más y nada menos, que como un repudio a los abolicionistas.

 Volviendo a la canción “Tippecanoe and Tyler too”, esta fue publicada en el “Log Cabin Songbook”, un libro de canciones. No cabe duda de que la canción impacta a los escuchas modernos como algo menos que inspiradora. Sin embargo, no se duda que fue precursora de los modernos jingles. Dice así:

“What has cause the great commotion, motion, motion. (¿Que ha causado la gran conmoción, moción, moción.) Our country throught. (Por toda la nación.) It`s the ball a rolling on, on.(Es la bola que corre, corre) For Tippecanoe and Tyler too. (Por Tippecanoe y Tyler también.)

En los mítines políticos los seguidores de Harrison y Tayler coreaban la canción y al mismo tiempo desenrollaban enormes rollos de papel entre ellos. Fue así que nació la frase “deja que la bola corra” (keep the ball rolling). Fue en esas elecciones que los electores tuvieron la opción de votar por cuatro personas que ocuparon la presidencia de los Estados Unidos, a saber: los candidatos del Partido Whig Harrison y Tayler y los candidatos del Partido Demócrata Van Buren y James Polk.

Al final de la contienda se comprobó que toda la cantata y la ingeniería electoral con sus estrategias y manipulaciones dieron resultado. Harrison aplastó a Van Buren 234 votos electorales a 60. Un líder Whig de New York publicó posteriormente en su periódico que el “General Harrison fue cantado a la presidencia”. Sin embargo, su término presidencial fue famoso por la corta duración. Un mes después de su inauguración y toma de posesión Harrison murió de neumonía y John Tyler pasó a ser el primer vicepresidente en convertirse en presidente por mandato constitucional.

Es muy revelador y multifacético el legado de las elecciones de 1840 en los Estados Unidos. Puede decirse que fueron las elecciones que iniciaron los programas de partidos, las insignias, los banderines y por supuestos, las canciones y estribillos de campaña, y pasando, claro está por el “Booze”.

Al margen de este escrito anoto que en Puerto Rico, cuando la gente dejó de pensar y se carnavalizó la politica, tambien ha habido campañas que se ganaron por una cancion.

*Adaptación libre por Dante A. Rodríguez Sosa del artículo original en inglés The presidency was his for a song publicado en la revista U.S. News & World Report, Jan. 28-Feb. 2; 2008. pp 33, bajo la firma de Alex Kingsbury.