a la clase de 1975 

Yo cogí una buena siesta,

para llegar fresquito a la gran fiesta.

El compay Julio abrió con una Oración.

Y sin caer en tedio el festivo ambiente,

recordamos con amor a los queridos ausentes.

Siempre hay politiquería y aprovechando la ocasión,

Chanita se postuló para la gobernación.

Con pancartas, bombos y platillos

en lo alto de El Cerrillo,

Comenzó el vacilón.

 

 

Bailamos y nos hartamos de risa,

por recuerdos gratos que trajo la brisa.

Noche de música y una gran cena,

que al cerrar su telón me arropó la pena.

En el caudal de emociones

Olvidé mis felicitaciones.

¿El responsable?  No sé  quién.

Por eso vaya para todos este humilde parabién.

 

Sin quitar punto alguno a la verdad,

me pareció fechoría sana y sin maldad,

Cuando me tiré de hocico,

para cantar un villancico,

Al ver la hermosa Georgina.

¡Tan bella y tan fina!,

Y también a la otra,

¡Voluptuosa como una potra!

Y por si no hay segunda vez,

Ya con una soñé y por la otra me desvelé.

 

Cabe mencionar por cuestión de rutina

Y terminar con un  estribillo que tenga  rima

Que si acaso me puse grosero,

¡Échenle  la culpa al cantinero!

 

©Roberto López