A mis vecinos de antaño-Barrio Coquí 1976
Pasada la media noche desperté sobresaltada por los gritos de mi bebé. Aunque hice hasta lo imposible para calmar su llanto, no lo logré. Lo tomé en mis brazos, le acurruqué en mi seno, intenté alimentarlo, busqué su pañal. Todo fue en vano.
― ¿Qué estará pasando? Me quejé aturdida por la incertidumbre.
En ese instante, los perros del barrio aullaron: primero uno, luego dos, luego decenas se unieron al lastimoso quejido de mi bebé. El concierto erizó mi piel.
De repente se escuché un espantoso grito de mujer que heló la sangre en mis venas.
Deposité mi bebe en su cuna y fui hacia la ventana que daba hacia la calle principal. Descorrí la cortina pero la oscuridad de la noche no me permitió ver movimiento alguno.
Siguió un silencio. Sigilosamente abrí la puerta del frente de la casa y salí al balcón. Fue cuando escuché su último suspiro.
El asesino pasó frente a mí, sin prisa, sin mirarme siquiera.
El cuchillo, ensangrentado 150 veces, aún en sus manos.
©María del Carmen Guzmán
En los pasados 10 años fueron asesinadas más de 8 mil personas en Puerto Rico, buena parte de ellas mujeres, como consecuencia de incidentes de violencia conyugal. Este es un crimen milenario causado por las pasiones y situación que se generan en la relación de pareja. Es un crimen generado por antivalores y normas sociales incrustadas en la sicología de los individuos. Desde la perspectiva psicopatológica el remedio más acertado es prevenirlo con educación para que las mujeres y los hombres puedan identificar desde el primer momento el perfil psicológico que hace a un individuo un potencial agresor motivado por celos. El sistema educativo, altamente obsoleto, sigue siendo una máquina de adoctrinamiento incapaz de educar al ser humano para la plena liberación y el disfrutes de la vida desde una salud mental integral. Relatos como este traen a primer plano el tema, para que seriamente le demos casco.
¡Dios mío!! La violencia de género se ha desparramado infectando el planeta y los gobiernos no reaccionan como si ellos no fuesen hijos de madre. Alguna vez leí que Dios había creado a la mujer para serle de ayuda idónea y no para morir a cuchilladas. ¡Siempre anda el diablo entre la simiente humana!
¡Felicitaciones María del carmen!