Imagen-que-los-cientificos-han_obtenido de un termografoAsí como lo lee,  los científicos de la Universidad de Granada han demostrado por medio de pruebas de tomografía que cuando la gente miente le aumenta la temperatura de la punta de la nariz, es decir, a los mentirosos la nariz no le crece, se les pone caliente. El estudio, llevado a cabo por Emilio Gómez Milán y Elvira Salazar López corrobora el denominado efecto Pinocho.  Los experimentos termográficos revelan que ocurren cambios súbitos en la temperatura facial ante un gran esfuerzo mental y ante ataques de ansiedad.  Complicando el asunto un poco, se  puede detectar si una persona miente sobre sus sentimientos porque una estructura del cerebro denominada “ínsula” se activa cuando los sentimientos son reales, pero no se activa cuando los sentimientos son fingidos.

La llamada “ínsula” al parecer interviene en la regulación de la temperatura corporal razón por la cual los psicólogos están experimentando con la tomografía para detectar que cambios térmicos corporales están asociados a las diversas emociones y para determinar el llamado contagio emocional. Así las cosas, los investigadores de la Universidad de Granada han demostrado que el nivel de excitación sexual entre hombres y mujeres es el mismo, aunque ellas digan o simulen no estarlo. Nada, que mientras siguen los experimentos, tóquele la punta nariz a su pareja para averiguar si le está mintiendo.

srs

Fuente: La Vanguardia (Europa Press)