Vinieron por EL MAESTRO. Los soldados poseían armas poderosas, cañones, tanques, bazucas… Lo acusaron injustamente de conspiración e incitar a la violencia.espiritualidad 22

Los discípulos, desesperados, le preguntaron,

—Señor, ¿Ahora qué vamos a hacer?

Respondió,

—No teman, cuando sus armas enmohezcan y sólo sirvan como chatarras, las nuestras surgirán y los derrotarán.

–¿Cuales armas, si ni cuchillos de cocina tenemos?–, pregunto un discípulo.

Tras una breve pausa contestó,

—Las palabras.

©Jovino González, Abeyno.