interrogacion

— ¿Qué es Dios para ti?  Con ahínco pregunto,—¡solo son cuatro letras! Quien ateo se creyó así lo definió

— ¡Yo voy más allá ¡—dijo aquel erudito con gran precisión, es un abstracto el concepto de Dios.

Alzare mis ojos a los montes de donde vendrá mi socorro, mi socorro viene de Jehová que hizo los cielos y la tierra.

— ¡Dios es la creación misma!— dijo aquel estudioso de la Biblia, como buen cristiano y conocedor de los misterios del Señor.

— ¡Él es la salvación del mundo!—con voz potente y de buena dicción, intervino el predicador!

—Dios es presencia, es omnipotencia, padre de la sabiduría, es el dueño de todo el conocimiento!

— ¡Dios es la existencia misma! ¿Qué es Dios? Es humildad, sencillez, bondad y magnanimidad.

Mirando al cielo busco la exacta respuesta; como guiado por un impulso, su mirada se posó en aquel deambulante sentado en el escalón de la plaza, frente al templo.

— ¿Qué es Dios para ti? —Pregunto una vez más.

—Yo también busque la respuesta en el interior del templo, fui miembro de la feligresía.

Mientras no tuve necesidades, no compartí lo que tenía y no me di cuenta en aquel momento que la respuesta estaba en aquel deambulante, sentado a la salida. Sus necesidades pasaron desapercibidas para mí. Hoy ante mis propias necesidades encontré la respuesta. En la caridad, fundamento del amor al prójimo estaba la respuesta. Mirándolo fijamente a los ojos le dijo— ¡la respuesta es sencilla!

— ¡Dios es Amor!

José Pepo Santiago