Tanta desesperación
Tantas guerras
Y rumores de ellas,
Tanto abandono
Tanto dolor…
Caminar hacia lo inútil,
Luchar contra molinos de viento
Agigantados por la desilusión.
Llorar ante las necesidades
Nuestras y ajenas.
Hambre y sed:
El grito de justicia
Ahogado en la garganta
Pegado al paladar seco,
Paralizado el corazón
Indiferentes
Los hombres
Cansados de luchar.
Pero llegaste tú
Con la única esperanza
De un nuevo amanecer.
Desde la Cruz
Nacer de nuevo
La tumba quedó vacía
Llegó la resurrección,
¡Bendito sea El Señor!

María del Carmen Guzmán