Áureo tiempo de reír y soñar,
atesora el fausto momento,
cada instante de amor
fragua un aterido lamento.
Serpentea la incontenible corriente
mientras enmudece el verbo
en gélido silencio con sed de palabras.
Allí donde el tiempo se llame días,
donde el día se llame horas
reclinada en el alma hallarás melancolía
entonando trémulo eco
de bohemio payador…
tiempo de otro tiempo.
Memoria peregrina remontando sueños
cual alocadas gavinas
estocando el pensamiento…
el corazón no puede recobrar el ayer
ni volver a soñar,
innata perversidad del tiempo.
Calló el cantor por no cantar su lamento.
La ilusión voló, fugó,
del voraz fuego aquel
se conmovió el sentimiento,
la vida se volvió recordar
y se comprende después
cuando mejor sabes amar
pero ¿sabes qué?,
¿sabes qué?…
ya no queda tiempo.
Carlos Román Ramírez, Puerto Rico
Armonioso y nostálgico poema. El ayer no vuelve.
Serpentea la incontenible corriente
mientras enmudece el verbo
en gélido silencio con sed de palabras.
Gracias por este poema. Me alegra saber de ti. Sigo en comunicacion con Jose Manuel. Espero foto de encuentro en Palo Hincado. Un abrazo de acr