por Sergio A. Rodríguez Sosa
La fotocopia de una página del Puerto Rico Ilustrado encontrada entre los documentos del Centro de Documentación Obrera Santiago Iglesia Pantín revela un dato curioso del acaudalado terrateniente español Manuel González Martínez relacionado con los Bonos de la Libertad emitidos por Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial.
El bono es una herramienta financiera que utilizan las jurisdicciones políticas para obtener dinero prestado con la obligación de pagar el principal e intereses al finalizar un término determinado. El dinero obtenido con la venta de bonos se justifica para el financiamiento de obras y programas gubernamentales que rebasan los recursos financieros regulares de un gobierno. Como es sabido, estos empréstitos utilizados irracionalmente y engordando actividades corruptas han endeudado a muchos países causándole graves crisis económicas.
Los bonos de guerra lo utilizaron algunos países para financiar las operaciones militares durante conflictos bélicos. En Estados Unidos a estos instrumentos financieros se les llamó Bonos de la Libertad durante la Primera Guerra Mundial. Llamarlos así tenía la intención de enardecer el patriotismo de los estadounidenses y mover la opinión pública a favor de la intervención de sus tropas en la guerra europea y por ende, motivarlos a comprar los bonos.
Una intensa propaganda se llevó a cabo para instar a los ciudadanos a comprar bonos, la mayoría de los cuales desconocían el mundo de las inversiones financieras. Prontamente, prevaleció la idea de que comprar bonos era un acto patriótico y de lealtad a los Estados Unidos, aunque el saldo financiero final no fue exitoso.[1] El mensaje propagandístico era que cualquier ciudadano común y corriente podía comprar los bonos y redimirlos una vez pasada la guerra. A los que no se entusiasmaban con la idea se le miraba con recelo.
En 1913 el presidente Woodrow Wilson nombró gobernador de Puerto Rico a Arthur Yager, un condiscípulo suyo en la Johns Hopkins University. Yager se desempeñaba como presidente del Georgetown College en Kentucky desde 1908. El nuevo gobernador fue inaugurado el 20 de noviembre de 1913 y ocho meses después se desató la gran guerra europea. Lo que se pensó sería una guerra corta se complicó al punto que otros países entraron al conflicto. En abril de 1917, ante los avances del ejército alemán, Estados Unidos entra en la guerra.
Consumado el ingreso de Estados Unidos a la guerra, se aprobó una ley de emergencia que autorizó emitir bonos de guerra por la cantidad de $5,000 millones a 3.5 de interés. Prontamente, los bonos de la libertad se estaban ofreciendo por todo Estados Unidos y sus colonias de ultramar para que lo recaudado pagara gastos bélicos.
La Oficina de Asuntos Insulares del Departamento de la Guerra envió a Puerto Rico la cuota de bonos de la libertad que le tocaba vender al gobierno de Arthur Yager. El gobernador recibió bonos de distintas denominaciones por valor de $250,000, una respetable suma de dinero en aquellos años. Yager tenía que buscar compradores entre la clase adinerada de la empobrecida Isla, al tiempo que implantaba el reclutamiento de jóvenes puertorriqueños para enviarlos a la guerra.
Se dice que Yager era un hombre indeciso que no tenía idea de cómo abordar a los adinerados del país para pedirle que compraran bonos de la libertad. Una buena parte de los ricos eran españoles y se dudaba de sus simpatías hacia los Estados Unidos.
En la página suelta del Puerto Rico Ilustrado[2] que llegó a nuestras manos, y cuya fecha aún desconocemos, se explica cómo logró Yager vender los bonos de la libertad que le encomendó el gobierno de los Estados Unidos. En el artículo se escribió lo siguiente:
“Alguien sugirió a Yager, que quizás don Manuel González, el rico estanciero de Salinas, que era a la vez Jefe de la Colonia Española en la Isla, podría ayudarle a colocar parte de esos bonos. Yager aprovechó la insinuación y mandó a buscar a don Manuel y ¡cuál no sería la sorpresa del Gobernador cuando don Manuel, al saber que se trataba de colocar $250,000 de Bonos de la Libertad, le dijo: “¡Yo me encargo de colocar toda esa cantidad entre mi gente! ¡Así podrá usted pedir otra cantidad y colocarla usted por su cuenta!” Efectivamente, la Colonia Española, por conducto de don Manuel González, compró un cuarto de millón de dólares en Bonos de la Libertad.”
Para Manuel González Martínez, el favor hecho al gobernador Yager era de mucho provecho personal y no representaba ninguna pérdida. El astuto terrateniente asturiano radicado en Salinas mató dos pájaros de un tiro: aplacó la desconfianza sobre la lealtad de la Comunidad Española en torno a los Estados Unidos y se aseguró de recuperar el dinero invertido, aunque con una ganancia monetaria ínfima.
© Sergio A. Rodríguez Sosa, 2016.
[1] Kang, S.W., & Rockoff, H. (2006). Capitalizing patriotism: the liberty loands of World War I. Cambridge, MA: National Bureau of Economic Research. Disponible en http://www.nber.org/papers/w11919.pdf
[2] CDOSIP. Fondo Santiago Iglesias Pantín. L55, Caja 31-55, f 3-5
Parte del negocio posterior lo hizo Don Manuel cediéndole por $1.00 todo el terreno de su propiedad que ocuparía el Salinas Training Área hoy para borrar la historia se llama Campamento Santiago.
Los Barrios que se eliminaron fueron los terrenos agrícolas más productivos de Salinas.
Los Ausubos, La Joya, Rio Jueyes, La Zanja etc……
Véase documento de Expropiaciones……….Fue un abuso monumental……….
Los herederos de Don Manuel tienen derecho a que se les compense en caso de que ese terreno se deje de dedicar a fines de defensa…………..algo similar a lo que ocurre con los terrenos de la Estación Experimental…….,
Los habitantes de esos Barrios los almacenaron en el Barrio Coco y Sabana Llana………
Trabajó para Historiadores……..!!!!!