Familia… gracias por las oraciones a favor de los que estamos por estos lares de la península Floridiana. Algunos están tranquilos: sabemos que esto es un acto de la naturaleza y nos preparamos lo mejor posible. Otros, están histéricos: que si me quedo aquí, o me voy pa’ otro estado, que si peleas en las gasolineras o en los supermercados, etc. Esto hay que tomarlo en serio, ¡por supuesto! Pero, también deberíamos calmarnos un poco, pensar y organizarnos. Por más que nos preparemos, siempre habrá algo que se nos olvide. Cuando la Madre Naturaleza viene con esta u otras vainas los resultados son impredecibles – pero, ¡estamos preparados!

Los retos atmosféricos llamados huracanes, tienen su propia conducta y personalidad – yo veo a Irma, como una mujer madura-así como de 50 y pico, quien todavía a su edad, no sabe lo que quiere en la vida…entonces, como que está en la pre-menopausia o ya le llego completa. Esta así como, rabiosa, frustrada porque trata de hacer las cosas a su manera, pero no le salen como ella quiere. Quiere pelea, quiere demostrar que puede. Ahora, viene pa’ la Florida, y le ha dao’ con que quiere venir pa’l área en que estamos nosotros. Bueno, pues, aquí estamos…esperándola. Le tengo café con leche y galletitas, pa’ ver si se calma. De lo contrario, le voy a meter esa clase bófeta – pa’ que se esté quieta y se enderece.

Con el huracán, José, los meteorólogos lo están siguiendo desde que comenzó todo esto con Irma. De ese, aún no me he percatado de su conducta y personalidad. Obviamente, estoy pendiente a Irmita. Cuando termine con ella, pues cogeré a José. Ahora, con José, tenemos una situación y un problema. Ya dijeron, que nuestro presidente Trump, dijo en conferencia de prensa, que donde José ataque – que NO…(REPITO)…NO esperen ayuda, porque dice Trump, que José es de origen Mejicano y NO va a ayudar a nadie, ni enviar dinero, ni nada de eso. Así que, prepárense lo mejor que puedan. Y díganle a José que se retire.

Analizando esto de las preparaciones y “evacuaciones, la situación es bien jodona! O sea, esto de buscar madera pa’ las ventanas y puertas, comprar alimentos perecederos, echar gasolina a los carros, refugios, medicinas, mascotas, baterías, velas – dianche – que dolor de cabeza, mi gente. Por eso es que entiendo a los que se quieren quedar en sus casas. Muchas personas procesan estas emergencias de diferente forma. Así que es mejor que después de esta, guardemos pa’ la próxima.

Seguiremos por aquí, si Dios quiere. Ya veremos que más se nos ocurre pa’ reírnos un rato. Nuestro ambiente está súper tenso y ansioso. Deberíamos aprender de estas situaciones y reflexionar más sobre como simplificar nuestras vidas. Utilizar lo necesario. Y reírnos más, relajarnos más, buscar un propósito de vida. Ser más generosos con los menos afortunados. Y vivir cada día como si fuera el último. Bueno, ¡estamos a prueba!

por María Ibarra, 9 de septiembre de 2017