Te pienso y no me da el día
para decirte todo lo que pienso.
Te sueño y no me da la noche
para contarte todo lo que sueño.
Me dueles y no me da la piel
para acariciar hasta que el dolor sane.
Me ardes y mi voz no alcanza el grito
porque no es justo, porque aún late.
Te pienso, te sueño,
en el cristal fino, en el bodegón,
en el suave sabor de un después,
en la elegancia de un minué,
en la fina cortesía de un marqués.
Y aunque me falten letras,
el sueño o la voz para la queja mía,
con el recuerdo de tu mirada
siempre habrá de mí para ti: poesía.
©Marinín Torregrosa Sánchez, 6 de marzo de 2019.
Es toda una casualidad!!
¡Gracias! Me alegra saber que compartimos gustos además del apellido. Saludos.
Me gusta mucho lo que escribes, y me gusta tu apellido, es igual que el mío, Torregrosa.