a Ferranto
Melódico trino en el llano,
de árido paisaje en sequía,
el turpial regala su canto
y Ferranto lo hace poesía.
Acordes y versos destilados
por el mismo dios Baco,
en burdeles y cafés a diario
ronda el espíritu bardo.
Mas,
ya no hay verde, ni dulce cañaveral,
ni guajana enarbolada,
bandera al sol en cielo azul tropical,
ni libertad como quimera.
Nadie recuerda al poeta
ni a próceres inmortales.
No escuchan al planeta
que muere dando señales.
En una lluvia de cristales
del llanto la imponente marcha
ya no cantan los turpiales
al orgulloso porte de palmeras.
Solo el cielo estrellado
reflejado sobre el mar
en las noches como faro
ilumina al de allí su pesar.
Antonio Ferrer Atilano:
“Escarcha fosforina”
en olas bordadas con hilos de sol
de “exquisito plumaje blanco”,
a tu verso atinado surje.
Yo añado mi libre inspiración,
homenaje sencillo de este grano de sal
al poeta y su fiel compañero el Turpial.
Toñito, Ferranto, de aquí,
desde la barriada para ti,
entre sombras de injusticia, “opalinas…”
Tu memoria, sonoro acorde al recuerdo,
por ti, retazos de historia de este pueblo
por siempre tú, allí, aquí
en Borinquen “del pueblito de Salinas”.
©Marinín Torregrosa Sánchez, 12 de abril de 2019.
Poema escrito en ocasión del natalicio de Antonio Ferrer Atilano.
Foto, El giraldillo.
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Este poema de Marinín fue escrito para la ocasión del natalicio del poeta salinense Antonio Ferrer Atilano (Ferranto), del 13 de enero del 2020.
Ferranto era también músico. Tenía un violín al que llamaba El turpial, era su fiel compañero en las bohemias, las actividades sociales y en la soledad.
Escuche su sonido varias veces cuando mi hermano Dante, entonces menor de edad y luego universitario, antes del amanecer, llegaba con Ferranto hasta la puerta de nuestra casa a traerle una serenata a mamí y cantar la danza Virginia acompañado del melodioso sonido del Turpial, con la intención, supongo, de apaciguar a Tilita.
Pero un día, tras una noche de bohemia, el turpial desapareció. Ferranto, al que también se le revolcaban los casco, juró que hasta que no apareciera el turpial no tocaría ningún otro violín. Y cuentan sus compañeros de bohemia, que le fue fiel al Turpial hasta su muerte.
Héctor, me sucede a veces, creo que se duerme, pero cuando menos lo esperas te despiertas a un impulso que como una corriente de agua fluye. ¿Sabes lo que hago otras veces? Juego a tentar, y guardo lo que escribo. Al tiempo lo reviso. Gracias por compartir en este espacio. ¡Saludos!
La inspiración regresa cuando algún motivo te toca las fibras emocionales. En este caso, el motivo fue homenajear a una persona.
Saludos compatriota,
Le quiero preguntar, la musa te deja en ocasiones? No me explico porque ya no me inspiro en la composición de poemas. ? Que pasa?
Hector Lopez
On Thu, Jan 23, 2020 at 3:40 AM ENCUENTRO… AL SUR wrote:
> Encuentro Al Sur posted: ” a Ferranto Melódico trino en el llano, de árido > paisaje en sequía, el turpial regala su canto y Ferranto lo hace poesía. > Acordes y versos destilados por el mismo dios Baco, en burdeles y cafés a > diario ronda el espíritu bardo.” >