El 24 de octubre pasado a las 8:30 pm un temblor de magnitud 4.6 ocurrió frente a las costas de la comunidad Las 80 de Salinas. Aquel fuerte remezón presagiaba el enjambre de temblores que ocurrió a partir de diciembre en el suroeste de Puerto Rico. Miles de temblores opacaron las festividades navideñas de fin de año y de principios del 2020. Como es tradición, la víspera y el día de Reyes los puertorriqueños salieron a festejar y a parrandear bajo el signo de la epifanía. En la madrugada del día 7 de enero, cuando algunos trasnochadores y amanecidos aún trullaban o terminaban la promesa de Reyes, un fuerte terremoto estremeció el país a las 4:30 de la madrugada.
La secuencia de temblores que no paraba llenó de angustia a la población. En los días sucesivos decenas de estructura colapsaron y otras tantas sufrieron daños de diversa gravedad. Una escuela se derrumbó ante la mirada atónita del país que horrorizado imaginaba la magnitud de la tragedia si el desplome hubiese ocurrido durante horario de clases. A partir de entonces nadie confiaba en enviar a sus hijos a las escuelas.
Las clases que estaban pautadas para comenzar en enero del 2020 no pudieron comenzar. Miles de estudiantes quedaron varados en sus casas provocando que se paralizara todo el sistema escolar público, situación para la cual las autoridades no tenían respuesta. Solo la iniciativa de algunas comunidades pudo amortiguar el impacto social y económico que suponía miles de estudiantes sin clases.
Uno de los programas que no se paralizó con los temblores fue el Punto Educativo de la comunidad Las Mareas de Salinas. El Punto Educativo es un espacio comunitario apoyado por el Instituto de Ciencias para la Conservación de Puerto Rico (INCICO), donde se ofrecen servicios de tutorías y educación extendida. Esta entidad comunitaria sin fines de lucro se activó inmediatamente para continuar suplementando como de costumbre la educación a estudiante de la escuela elemental aledaña y de otras escuelas de Salinas. Su labor educativa continuó en medio de los temblores y del temor de los padres de enviar sus hijos a la escuela.
Unos 37 niños llegaron diariamente a estudiar al Punto Educativo a pesar de que sus escuelas estaban cerradas. Entre estos estudiantes había siete de sexto grado de diversas escuelas de Salinas. Reunidos en torno a una mesa repasaba sus trabajos y tareas con la joven tutora Diomaris Vázquez Vélez. Carlos expresaba con seriedad y fluidez sus experiencias en El Punto Educativo. Yandel contaba sobre sus tareas e intereses. Tanto Yandel como Carlos demuestran sus talentos en el arte de dibujar, Ambos han ganado premios en competencias escolares de dibujo. A Gabriela también le gusta dibujar y no para de hablar sobre las tareas escolares que ha realizado. Felisha, la más callada, está adaptándose. Llegó en verano a Las Mareas procedente de New Jersey y tiene dificultades con el español, aunque entiende y lo habla. Por su parte Casandra es una estudiante de la escuela de Sabana Llana, pero asiste tres veces a la semana a entrenar levantamiento de pesas en la escuela del Albergue Olímpico. Con insistencia, no paraba de mostrar fotos de sus perritos que guardaba en el celular. Por su parte Josué, ágil de mente, contaba sobre sus experiencias y gustos por el atletismo y el béisbol.
Diomaris, la joven tutora del grupo, contaba su historia como estudiante y destacaba el talento de los chicos a su cargo cuyas historias familiares en entornos pueblerinos socioeconómicamente desventajados eran muy parecidas a la de ella. En fin, chicos de barrio que se divierten de la misma manera que se divierten los chicos del nuevo milenio: entre actividades físicas al aire libre, intereses y pasatiempo y la vida cibernética en el celular. Las Mareas es uno de tantos barrios puertorriqueños donde a mitad del siglo 20 la vida de los abuelos y padres de estos chicos transcurrió en torno a los cañaverales, la pesca y de la emigración temporera o permanente a los Estados Unidos.
El Punto Educativo de Las Mareas es una entidad sin fines de lucro liderada por Jacqueline Vázquez, una líder comunitaria qué desde varias décadas ha representado a la comunidad en la legislatura municipal Salinas, de la cual actualmente es la presidenta. Un equipo de trabajo compuesto por María Torres, Betsy Torres, Hiram Joel Vázquez y Yosmarie Rojas realizan una extraordinaria labor educativa en este barrio. Cinco tutoras, cuatro cocineras más 8 jóvenes que se están preparando como guías turísticos bajo la tutela de Fernando Silva, director de INCICO, conforman el grupo de trabajo de El Punto Educativo.
Cuando en el 2011 el departamento de educación amenazó con cerrar la escuela de la comunidad los habitantes del poblado expresaron su desacuerdo y durante varios meses llevaron a cabo manifestaciones reuniones y protestas por el mantenimiento de la escuela. La lucha de la comunidad logró que la escuela no se cerrará y fue convertirla en una escuela bilingüe. La Escuela Bilingüe de Las Mareas tienes actualmente a unos 104 estudiantes de los grados de K a quinto. Entre sus logros está que más del 80% de los estudiantes alcanzan dominio en matemáticas mayor al promedio de Puerto Rico que es de 36%. La escuela fue certificada recientemente como apta para dar clases luego de los temblores. Las clases comenzaron el 19 de febrero en un horario mañanero hasta la una de la tarde. Mientras estuvo cerrada por los temblores El Punto educativo siguió atendiendo en horario mañanero al 30% de su matrícula. No solo con actividades educativa sino también que montaron El Fogón, donde cuatro cocineras sustituyeron el comedor escolar preparando meriendas y almuerzo para los alumnos. Por eso, hay que decir que los temblores ocurridos durante diciembre y enero no detuvieron totalmente la educación en Las Mareas gracias a la diligencia y dedicación de El Punto Educativo que funciona en dicha comunidad.