El poeta venezolano Andrés Eloy Blanco hizo público en 1943 su poema Píntame Angelito Negros. El poema lo inspiró un cuadro de la Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela, en la que estaba rodeada de ángeles rubios, morenos e indígenas, pero faltaban ángeles negros. Sus emotivos versos llegaron a los círculos intelectuales de Hispanoamérica convertido en un reclamo contra la discriminación racial.
En 1946 el actor y compositor mexicano Manuel Álvarez Rentería, apodado artísticamente “Maciste” tomó partes del poema y lo llevó al pentagrama como un bolero, el cual alcanzó fama mundial por su sorprendente protesta contra la exclusión racial en el paraiso celestial. Al principio el bolero se hizo famoso en las voces de cantantes como el mexicano Pedro Infante y del cubano Antonio Machín. A partir de entonces proliferaron las versiones musicales incluyendo en ritmos de mambo, joropo y flamenco. En 1948 se produjo en México la película Angelitos Negros protagonizada por Pedro Infantes y Emilia Guiú e inspirada en el poema de Eloy Blanco,. Posteriormente surgieron otras versiones y telenovelas.
Como es usual, aunque las generaciones de posguerra del siglo 20 en todo el mundo recuerdan la canción, muy pocos sabían que estaba basada en un poema del venezolano Andrés Eloy Blanco. Un poema que, como muchos otros, proyectaba la intención de avanzar por caminos contrarios a la violación de derechos humanos a causa de actitudes racistas y discriminatorias.
El reclamo del poeta no se ha extinguido pues a pesar del tiempo trascurrido desde que salto a la fama su poema, no se han superado los prejuicios raciales. Se sigue pensado que hemos sido hecho a imagen semejanza de un dios blanco. No obstante, hay que puntualizar para orgullo de Salinas, un hecho histórico afirmativo al respecto. Inspirados en el reclamo plasmado por Eloy Blanco en su poema y a propósito de que en 1947 se estaba reconstruyendo el templo de Nuestra Señora de la Monserrate, los salinenses requirieron que en la decoración del templo se pintaran angelitos negros acompañando a la virgen morena patrona del pueblo.
Para conocimiento de las generaciones del siglo 21, que probablemente nunca han escuchado la canción Píntame Angelitos Negros, incluimos una de sus versiones.

En agosto de 1945 asumió el cargo de párroco de la iglesia de la Monserrate de Salinas el reverendo José Torres Rodríguez, quien ocuparía el cargo hasta agosto de 1956. Su llegada a Salinas fue en medio de las tensiones provocadas por el fin de la Segunda Guerra Mundial. En mayo de 1945 Alemania se había rendido ante las tropas rusas. En agosto, Estados Unidos lanzó bombas atómicas sobre ciudades japonesas provocando la rendición de Japón y el fin de la guerra en oriente.
El Padre Torres llegó a Salinas en medio de movilizaciones de tropas en la base de entrenamiento militar del pueblo. Encontró un templo en ruinas que no había sido reparado desde su Inauguración en 1912. Inmediatamente se dedicó a la tarea de recaudar fondos para rehabilitar el templo. En noviembre de 1947 comenzó la restauración del templo. Ésta incluyó la reparación del techo, la instalación de losetas en el piso, La construcción de un presbiterio, la instalación de un carrillón y la contratación de un artista para decorar el templo.

Para la decoración del templo se contrató a Julio César Murillo de Santiago[1], un joven pintor natural de Mayagüez con experiencia pintando murales en iglesias, teatros y empresas comerciales. Murillo de Santiago estuvo trabajando calladamente durante meses para crear cinco obras en el templo católico de Salinas. Su trabajo salió a la luz pública cuando el párroco anunció que el mural Apoteosis de la Monserrate incluía angelitos negros a petición de los fieles, claramente motivados por el reclamo contenido en la ya famosa canción Píntame Angelitos Negros.
Las pinturas creadas por Julio Cesar Murillo de Santiago en el templo parroquial de Salinas se detallan a continuación:
Para crear el cuadro titulado Apoteosis de la Monserrate, al que el pintor apodó Visión de la Gloria, se utilizó la talla centenaria de la Virgen de Monserrate existente en el templo. La imagen se colocó en una repisa en la pared superior que separaba el altar mayor de la nave. En torno a la imagen el artista pintó un cielo donde flotaban entre nubes dos ángeles grandes y cuatro pequeños hermosamente pincelados. Dos de los angelitos pequeños eran angelitos negros, hasta dónde se sabe, los primeros angelitos negros pintados en una iglesia de Puerto Rico.

El cuadro Atardecer en el calvario recreaba una estampa en el calvario. María Magdalena llorosa a los pies de Jesús en la cruz y dos ángeles recogiendo en copones la sangre liberadoras de la humanidad que cae de las manos del Cristo crucificado. El pintor hizo constar que para pintar a la Magdalena utilizó como modelo a una joven llamada Beatriz Ramos.
En el cuadro de Santa Rosa de Lima utilizo también un rostro original. El pintor lo llamó Santa Rosa de San Germán y la pinta recibiendo del Cristo el anillo símbolo del sagrado desposorio.

El cuadro de Santa Teresita del Niño Jesús fue una copia de un cuadro en Salinas que lleva el mismo nombre.
Las pinturas sobre el púlpito marmoleado existente en la parroquia representaban a los cuatro evangelistas: San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan. Las pinturas fueron concebidas pensando qué los evangelistas son la principal fuente de información del predicador en la elaboración de los sermones que se pronuncian desde el púlpito.

La obra Apoteosis de la Monserrate realizada por Julio César Murillo de Santiago en el templo de Salinas inauguró una nueva modalidad en el arte religioso y eclesiástico del país en lo que respecta a la inclusión de angelitos negros en los murales y mosaicos de las iglesias puertorriqueñas. Esta iniciativa, peticionada por los fieles y llevada a cabo valientemente por el cura puertorriqueño José Torres Rodríguez, no estuvo exenta de críticas. Aunque parezca increíble, no faltaron las voces conservadoras que argumentaran que esa modalidad podría estar en conflicto con alguno de los dogmas de la Iglesia. Argumento que el padre Torres descalificó afirmanddo que en templos alrededor del mundo había imágenes y pinturas de santos negros, de vírgenes negras como Nuestra Señora de la Monserrate y de Cristo crucificado negros.
Luego del Concilio Vaticano II, durante las remodelaciones del templo parroquial de Salinas, se eliminaron los objetos y cuadros con que se decoró el templo en 1948.
Afortunadamente el vitral montado en la pared trasera del altar mayor reproduce de alguna forma la idea del cuadro Apoteosis de la Monserrate o Visión de la Gloria de Julio César Murillo de Santiago puesto que presenta a la prieta de Salinas, Nuestra Señora de la Monserrate, rodeada de ángeles y querubines entre los cuales hay Angelitos Negros.

© Sergio A. Rodríguez Sosa
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Fuentes consultadas:
Molano Gómez, Carlos. Manuel Álvarez, el Maciste de Angelitos negros, Encuentro Latino Radio, 2020. Consultado en: http://www.encuentrolatinoradio.com/2020/08/el-maciste-de-angelitos-negros.html
Negron, Angel Alberto. La verdad de Angelitos Negros, Solidaridad,net, 5 de febrero 2010. Consultado en: https://solidaridad.net/la-verdad-de-39-angelitos-negros-39-6055/
Rosales, Giovanni. Píntame angelitos negros, Análisis de Giovanni, 16 mayo 2017. Consultado en: http://analisisdeg.blogspot.com/2017/05/pintame-angelitos-negros-analisis.html
Santana, Benjamín. Hay angelitos negros en el altar de la Iglesia de Salinas, El Mundo, 2 de mayo 1948. p. 7+13.
Fotografías:
UPR-Río Piedras. Sistema de Bibliotecas. Biblioteca Digital Puertorriqueña. Colección de Fotos del Periódico el Mundo.
Iglesia Católica de Salinas. Vitral del Altar Mayor.
[1] El pintor intercambia sus apellidos colocando en primera posición el apellido materno. Es posible que la intención era llevar el mismo nombre del famoso pintor español. Nació el 15 de mayo de 1918, Sus padres fueron Julio de Santiago Garafal y Brígida Murillo Romero.
Hola Sergio, escuché la interpretación de la Orquesta Panamericana. ¡Magistral! Tuve el privilegio de conocer al compositor Hector Urdaneta, pianista de dicha orquesta cuando coincidimos en una clase en el Conservatorio de Música de Puerto Rico. Tremendo ser humano, afable y siempre con una sonrisa a flor de labios. Se nos fue demasiado pronto..
Juan Carlos Ramos
Acabo de leer tu artículo sobre la iglesia de Salinas y los angelitos negros. Iba a dejar un comentario pero me olvidé de la palabra de contraseña y no me dio la oportunidad de crear otra. De todas formas, ¡felicitaciones! Te iba a sugerir (según le pusiste el ejemplo de Angelitos Negros a la nueva generación), que incluyeras la canción “Negrito” de Hector Urdaneta, escrita a principios de los 60s como ejemplo que no ha cambiado mucho el prejuicio y que todavía falta mucho por hacer.
https://youtu.be/P0ZonrUb-5c