Estampa del suceso narrada por Teresa Amadeo Gely en su libro Biogafía de Lucas Amadeo Antomarchi
Nota introductoria:
La Esclavitud instituida por los europeos en América comenzó contra los pueblos indoamericanos originarios y continuó contra africanos arrancados salvajemente de sus pueblos. Las víctimas del comercio de seres humanos, ayer como hoy, eran mayormente jóvenes y niños, varones y hembras, cazados como animales para despojarlos por siempre del calor de sus seres queridos.
En medio de las alabanzas a las civilizaciones del mundo, aquel comercio lícito de humano, fue una mancha en los códigos y leyes de muchas naciones “civilizadas”. Siglos tomó abolir y declarar ilícito el comercio de personas, aunque, en nuestro tiempo, empresas criminales internacionales lo llevan a cabo.
En Puerto Rico, las Cortes Españolas de la Primera Republica eliminó toda ley que permitían esa detestable práctica. El 22 de marzo de 1873 un decreto dejó en libertad a unos 30.000 esclavos que había en Puerto Rico. Fue una ley defectuosa que indemnizó a los amos, pero no a los esclavos, y que, por el contrario, los ataba a trabajo asalariado con los dueños por tres años. En algunos países los descendientes directos de las personas esclavizadas están reclamando esa reparación a las coronas europeas que legalizaron esos abusos.
¿Qué aconteció en Salinas el 22 de marzo de 1873? El día que se proclamó la Abolición de la Esclavitud en Puerto Rico desde la plaza pública de nuestro pueblo. Teresa Amadeo Gely, vinculada a una de las familias dueña de esclavos y fundadoras del Municipio de Salinas, narra una colorida versión del suceso incluida en su libro Biografía de Lucas Amadeo Antomarchi (Editorial Cordillera, 1964)
Veamos
SRS




Foto: Pintura Proclama de la Abolición de la Esclavitud de Rafael Tufiño