El conocimiento del pasado edificado pone a latir la memoria de los pueblos.  El patrimonio edificado de una aldea, pueblo o ciudad es el punto de referencia entre generaciones que da continuidad a los lazos sociales nacidos de la convivencia en un espacio común.  El hecho histórico se internalizar plenamente cuando se reconstruyen los vínculos entre tiempo y espacio. A la existencia humana suelen sobrevivirle los documentos, los objetos, el lugar y las edificaciones. El tiempo pareciera cambiar lentamente en aquellos espacios donde se conserva inmutables lo edificado. La remembraza fluye cuando el espacio paraliza la memoria con la presencia de un objeto conocido.  Esta secuencia fotográfica, la primera de una serie, pretende ser un testimonio que le brinda a las presentes generaciones una visión del pasado edificado que sirvió de escenario a la convivencia de los salinenses a mediados del siglo 20. Algunas de las estructuras aquí presentadas aún existen, otras desaparecieron del paisaje salinense, pero entre ambas se hace la transición temporal y se afianzan los vínculos.  Una parte de estas fotografías fueron donadas por compueblanos, como Antonio Ferrer Atilano, de esas se desconoce el autor.  Otra, fueron captadas por el fotógrafo Ramón Ramos Valentín y datan de la década de 1970.   

srs