La lectura de Apocalipsis 21.21 transformó para siempre su vida. Desde entonces fue un hombre piadoso, celoso de sus buenas obras y amor al prójimo. Sólo pidió para sí que, al momento de su muerte, lo enterraran con un pico, una alforja y un par de zapatillas.
© Josué Santiago de la Cruz
Muchas gracias. Me honran sus comentarios. La microficción, además de entretener, busca inquietar y más aún replantear.
Muy bueno, Josué!!!!!!!! El hombre y sus codicias, el hombre y sus descréditos, el hombre y su negación de la propia finitud.
Ya casi estamos en el Apocalipsis, pero lo peor es que ni nos damos cuenta de los Apocalipsis personales.
Como siempre, fiel a tu estilo mereces mil aplausos.
Cariños.
Gloria
Ganarse el paraíso es una idea que ha inquietado a los humanos desde el génesis de nuestra especies. Se persigue ese anhelo como un elemento garante de trascendencia, que para ser alcanzado requiere comportamientos éticos y morales algunas veces contrarios a la naturaleza y las más, impuestos por estructuras sociales controladoras. Este cuento se entreteje precisamente dentro de los sesgos morales que habitan en la mente de los que miran la práctica religiosa como un medio para dar satisfacción a la codicia. Es decir, la avaricia como norte en la vida futura que recurre al sacrificio que sea, con tal de ser satisfecha. Este relato muestra una vez más los grandes dotes de narrador y microcuentero que posee Josué Santiago de la Cruz.