Share this:
- Click to share on Facebook (Opens in new window)
- Click to share on LinkedIn (Opens in new window)
- Click to share on Tumblr (Opens in new window)
- Click to print (Opens in new window)
- Click to email a link to a friend (Opens in new window)
- Click to share on WhatsApp (Opens in new window)
- Click to share on Pinterest (Opens in new window)
- Click to share on Telegram (Opens in new window)
- Click to share on Pocket (Opens in new window)
- More
Aplausos!!!!!!!! LOs dolores del inmigrante no siempre son comprendidos. Tu poesía me trajo a la memoria a mis antepasados, que pasaron del campo a la ciudad, de una patria a otra, con ojos asustados y un nudo en la garganta.
Muy buen poema!
Gloria
Ciertamente María, la identidad hay que forjarla desde la circunstancias, tomando inevitablemente como punto de partida las raíces de nuestros ancestros inmediatos y las formas identatarias que nos atribuye el otro. La identidad se nutre de signos. La posibilidad de una vuelta atrás, a las raíces, siempre fortalece la realización del yo. Siendo eso, raíz para una batalla del ser, en su soledad y en su colectivo, imponiendonos la necesidad de una nueva construcción de la idiosincracia, para edificarla fuerte y poderosa.
Tu poesía me trae a la memoria al Rev. Pedro Pietri. Expones, con mas dulzura los mismos sufrimientos de aquellos que “ni son de aquí, ni son de allá” pero su corazón y sus raíces son de aquí. Claro que tienes un “finnesse” que don Pedro preferia no usar quizas porque ese sufrimiento le hizo un rebelde.