A mediado de junio de este año se presentó en el Museo del Cuartel Ballaja una exposición de Penelope A. Griffin titulada El Teatro presenta… Esperando la Segunda Tanda. La exposición giró en torno a la historia de la Central Aguirre de Salinas. No complace reproducir en Encuentro Al Sur un video de 12 minutos que formó parte de la exposición. En esta producción la exponente recoge tres videos cortos y varios comerciales “vintages” de productos puertorriqueños.
Los videos compilados son una panorámica visual de los sucesos históricos vinculados con la historia de la industria azucarera en Salinas. Empieza con la invasión de Estados Unidos a Puerto Rico en el 1898, continúa con la historia de la caña de azúcar en Puerto Rico y finaliza con la historia de La Central Aguirre. Griffin advierte que el video fue concebido con propósitos educativos y sin fines de lucro. Todo el material presentado en el corto retiene los derechos de cada autor.
No podemos tapar el cielo con la mano, el video refleja la historia. Pero una historia triste que me produce rabia.
En el video se presenta la invasión americana con una música triunfal, es como una loa a la invasión. Lo que vemos en el mismo son los destrozos que causó la agresión de los americanos a Puerto Rico y la marcha triunfal de las tropas. Solo faltó presentar las muertes que causó el ejército invasor. Quizás no lo hicieron porque no tenían las fotos.
La industria de la cañá propició primero, la esclavitud del africano y luego la explotación de puertorriqueño. Solo enrriqueció a los dueños extranjeros y algunos cooperadores puertorrieños.
Significativo es que en el video de la Central Aguirre solo se presentan las magníficas residencias de los americanos y las edificaciones para uso exclusivo de ellos como el hotel. Es de conocimiento general que solo permitían a los puertorriqueños bañarse en la piscina del hotel cuando iban a cambiar el agua porque estaba sucia. En el cine los americanos tenían un lugar especial. Tampoco se presentan los sectores donde vivían los boricuas en el sector Montesoria ni el hacinamiento de los cuarteles donde residían los cortadores de caña.
En fin la insdustria de la caña en Puerto Rico rindió fruto para un reducido grupo de personas y de manera magra, no proporcional, sirvió de mísero e inadecuado sustento para la gran mayoría. Sé de de una persona que despúes de más de 40 años de trabajo esforzado en esa industria recibió una pensión de $17.00 mensuales. !Qué les parece! No sigo porque se me están aguando los ojos.