¡Detente! No cruces el portal de mi vida aun… Reflexiona, si has de gustar siempre verte en mis pupilas, si mi piel es a tu paladar deleite. No tengas miedo en decirme si ya mis besos los comparas con chayote, si mi presencia es el compromiso de la hora porque piensas que te llegó la noche sin almohada.
Prefiero que esgrimas la espada hiriente a la puñalada traidora de la lengua a mi espalda. Tómala de frente, con la espada. No sientas lástima que en el cielo hay un jardín de flores luminosas y ninguna por amor se muere.
Yo soy la dama, la que esgrime la palabra, la amante, la amiga, la que aguarda en el mar tu mirada y en el verde prado galopa en su corcel pasiones, la que el viento trae a tu espacio y provoca en ti sueños mojados. Soy tuya, como me llamas MIA, la que sabe dignamente rendirse y retirarse.
Marinín Torregrosa Sánchez