Esta foto, deteriorada por el tiempo, tiene unos cuarenta años. Recoge la imagen de las antiguas gradas del Parque Manuel González, durante un juego de los Peces Voladores, en una de las anuales temporadas del beisból superior aficionado. La fanaticada de aquella época tendrá muchas cosas que contar, cuando se agolpen los recuerdos y las añoranzas que producen imágenes como ésta. Desde esas humildes gradas, no se observaron grandiosos espectáculos deportivos, beisboleros, ni olímpicos. Pero desde ellas, un pueblo perdido en la geografía del mundo, vio germinar robustas y lozanas estrellas, que dieron lustre a suntuosos espectáculos olímpicos y beisboleros, presentados en las grandes ciudades del planeta. ¿Quiénes fueron esos atletas estrellas? Eso nos lo recordarán los que recreen su memoria, para darle vida a esta imagen desgastada por los años.

Desde esos palcos, antes de construirse el ranchón lateral que se ve en la fotografía, vi muchos juegos del team clase A que precedió a los Peces Voladores AA.
Los recuerdos del inicio de los Peces Voladores los tengo vivos en mi memoria. Como aquello de que tuvimos que secar el terreno de juego con arena,sacos de yute y gasolina para que se pudiera jugar aquella mañana del primer juego del equipo. También me recuerdo poniendo los números en la pizarra que estaba en la verja del bosque derecho.
Sin embargo, ahora quiero recordar algo anterior al equipo de los Peces Voladores. No sé cuantos años antes de que se iniciaran los Peces Voladores como equipo AA el equipo profesional de los Leones de Ponce vino a juagar con un “team” de Salinas. Mi recuerdo es fragmentado. Si alguien puede abundar sería muy bueno para la memoria colectiva del pueblo. Me acuerdo de la magnifica labor monticular de Socrates Alvarado. Los pintó de blanco el tiempo que estuvo en el montículo. Lo otro destacado que recuerdo fue que venía a toda velocidad un corredor de Salinas, no sé quien, hacia el plato. Fachy Rosado del Ponce estaba cachando. Se enredaron corredor y catcher y el resultado fue que Fachy terminó con un brazo fracturado.
Desde estas gradas vimos desarrollarse tantos eventos deportivos que aun al recordarlos el corazon se nos hincha de emocion. Vimos durante varios años las competancias de pista y campo interescolares de las escuelas Superiores de Yauco, Guayama, y Salinas. Ahi vimos compitiendo a Julio Lleras, el atleta mas completo que ha dado nuestra isla. Tambien vimos el desarrollo de los hermanos Cruz, Rumildo, Ruben, y Rolando, grandes exponente del atletimo. Estuvimos presente tambien en estas gradas, para la epoca de oro de los Peces Voladores cuando establecieron el record, que aun esta vigente, de 20 victorias consecutivas. En otras palabras estas gradas son testigo de lo que fue disfrutar una juventud sana en todo el sentido de la palabra. Gracias Sergio por ayudarnos a recordar tan importantes momentos de nuestra historia deportiva.
En la extrema derecha está el árbol de quenepas. Desde el cucurucho de ese árbol vi a Gustavo Toro conectar un cuadrangular de más de 450 pies.
Saludos queridos compueblanos. ¡Wow! que tremendo. Mire caballero no había nada más emocionante y que nos llenara de alegría cuando nos reuníamos en esas gradas a ver jugar a los Peces Voladores. Mi padre, que en paz descanse, que se llamó Peyo Díaz de La Playita, era el fanático número uno de los Peces Voladores. Como ya lo he dicho en escritos anteriores, naci y me crie ahí en La Carmen. Soy sobrino de Rigo y Berto Suarez. Nos reuníamos Demetrio Rodríguez, Heriberto Santiago, el pollo, Miguel Torres y Rafy con su saxofón y formábamos unos bembé tremendo. Cuando llegaba la fanaticada del equipo contrario era que se formaba la fiesta. En esas gradas también Pepín Ruiz o cualquier otro caballero pasaba la gorra o el sombrero para la colecta del pitcher que estaba tirando tremendo juego. Entre las ayacas y los rellenos de papa de Don Juan pasábamos unas tardes inolvidables. Mi hermano pero que equipo teníamos: Juan López, Will Padilla, Félix de Jesús “coquero”, que en paz descanse, Samuel Morales, Eliut Caraballo, Julio César Rupert, Jossie Santiago, Efraín Maldonado, Efraín Rivera, los mulatos Jones y Pachot y nuestra gran estrella Guillo Rosado. Sin quitarle merito a lo que en estos momentos se vive, nada se podrá comparar con nuestra pelota dominguera. Saludos desde Chicago. Que pasen una feliz Navidad y un prospero Año Nuevo son mis más grandes deseos desde Chicago. Raúl Díaz Suarez “el indio”