El sábado pasado me tope con un querido amigo y compueblano en una de esas megatiendas donde te cobra por entrar, donde compras víveres en cantidades que no vas a consumir, donde tienes que llevarte sin empacar la mercancía que adquieras, y donde a la salida, eres objeto de un registro ilegal, porque luces sospechoso de ratería. Durante nuestro breve encuentro, este amigo,  del que espero recibir un correo, me mostró el ejemplar de un libro que precisamente estaba a la venta en el establecimiento. Para mi sorpresa, se trataba de un recetario de cocina con el llamativo título Secretos de cocina de una abuela de Salinas. 

En la cubierta aparece un caldero repleto de jueyes sobre un moderno fogón de leña y el nombre de la autora: Aracelis Rolón Colón. Leyendo la introducción, descubro que la publicación de este libro es una iniciativa de uno de sus hijos, Alex G. Rivera Rolón. Descubro además, que esta abuela, aunque  reside en Carolina, se crió en el barrio Coco de Salinas.  Repaso en mi mente rostros conocidos, pero  no logro identificar de quien se trata.  No obstante sus apellidos me saben a familias salinenses, igualito que el sabor de los jueyes hervidos como los que adornan la portada, acompañados, claro está, con guineítos salpicados de ajili mojili. 

Esta abuela, que considera que su maestra en el arte culinario fue su madre, proclama que el principal secreto de su cocina es confeccionar la comida sin prisa, con paciencia y amor.

Este es un libro de cocina puertorriqueña al que puede acudir todo el que busca aprender a cocinar, porque como dice la autora, son recetas fáciles de preparar, con ingredientes fáciles de conseguir y que todos conocemos.