Edwin (Chapo) Rosario y Héctor (Macho) Camacho fueron grandes peleadores que alcanzaron cimas muy elevadas en el agrio deporte de las coliflores. Ambos coincidieron en una misma época y como se coronaron monarcas del peso ligero, uno de la AMB y otro de la CMB, se concertó un combate entre ellos para unificar el título y dilucidar, de una vez para siempre, cuál de los dos era mejor peleador.
Las opiniones estaban divididas. Unos creían que la pegada descomunal del “Chapo” era demasiado para el “Macho”, mientras que otros, la mayor parte de ellos residentes en la Gran Manzana, eran de opinión que la astucia y velocidad del nuyorican era un muro imposible de derribar para el “Chapo”.
Aquella noche en el Madison Square Garden en Manhattan, ambos hicieron galas de lo mejor de sus repertorios boxeriles: el “Macho” atacando en ráfagas, burlando la artillería pesada de su más peligroso adversario y el “Chapo”, cuando Camacho se lo permitía, metiéndole sus manos duras a la zona hepática y a la mandíbula, con intenciones de virarlo patas-arriba en el ensogado.
Cuando sonó la campana que puso fin al intenso combate, un signo enorme de interrogación gravitaba sobre el “ring”.
Los seguidores del “Macho” gritaban: “¡Macho!… ¡Macho!… ¡Macho!…” y los del “Chapo”, igual gritaban: “¡Chapo!… ¡Chapo!… ¡Chapo!…”
Los soberanos jueces vieron ganar, de manera muy apretada, al “Macho”, que no pareció muy convencido de lo que se transmitía por los micrófonos.
No se formo allí la de San Quintín porque ambos eran, para suerte del boxeo y los presentes, puertorriqueños.
Aquella decisión llevó al “Chapo” a odiar, todavía más, al pintoresco “Macho” de Nueva York y a cada lugar público al que era invitado, en las entrevista que concedía, en sus apariciones de radio y televisión, sin que se le preguntara al respecto, se lamentaba de haber sido víctima de un robo en Manhattan.
Una tarde el “Macho” viajó a la Isla para encarar a sus detractores y en “Prime time”, de cuerpo completo y a todo color, le envió el siguiente mensaje al “Chapo”:
“Culéate, Rosario, culéate”.
©Josué Santiago de la Cruz
Yo tambien vi ganar a Camacho por un hilito, aunque Chapo lo sono bien sonao, especialmente en el 5to. Ambos estaban en plenitud de condiciones, pero se impuso, por ese estrecho margen que arriba menciono, la rapidez y el mejor boxeo del Macho.
Se dice que Rosario ha sido el pegador mas terrible en la historia de las 135. Pegaba mas duro que Duran y mas duro que Arguello. Pero era indisciplinado y su vida al otro lado de las cuerdas minaron terriblemente su rendimiento. Su otro talon de Aquiles fue su quijada y su estamina.
De Camacho hay cosas que no se dicen y deberian decirse para gloria suya y de Puerto Rico. Por ejemplo, fue el el que inicio las entradas espectaculares que ahora son parte del show boxistrico de altura y bien rentado. Igual fue el primero en usar disfraces. Inclusive una vez arribo al ring montado en caballo, otra vez vestido de soldado romano y asi sucesivamente. Ademas, soy de los que creen que Camacho fue un peleador completo, quiza, inclusive, el peso ligero mas veloz y habilidoso. Sabia mucho y se empleaba muy bien. Otra de las muchas cosas que sobre el pueden mencionarse es el hecho que peleo con todo el mundo. Con todos los grandes peleadores de su tiempo dentro de las categorias pugilisticas en que combatio. El Macho era verdaderamente un MACHO del cuadrilatero.
Saludos mi gente. Siempre he sido seguidor del boxeo desde muy pequeño. Rubén Carreras siempre me invitaba a ver el boxeo en ponche. En ese tiempo además de Cholo Espada estaba Lepo Alvarado de la Playa que era muy buen boxeador. Esta pelea del Macho contra el Chapo la presencie con unos amigos y vi ganando al Macho Camacho. Después de terminada la pelea me preguntaron mi opinión y me obligaron a ganarme unos dólares porque decían que yo no sabía nada de boxeo y que si quería apostar un dinerito…. me los gane suave porque vi ganando al Macho Camacho. Saludos desde Chicago. Raúl, el indio, Suárez de La Carmen.
Buena anécdota muy bien contada. Yo era de los que opinaban que al Chapo Rosario le robaron la pelea. El pobrecito murió joven, tal vez por no coolearse…