En mayo de 2006 se formó un reperpero en Puerto Rico cuando el entonces gobernador Aníbal Acevedo Vilá anunció el cierre parcial del gobierno a causa de insuficiencia de fondos para pagar las operaciones gubernamentales.   El evento ocurrió en medio de un gobierno dividido en el que el Partido Nuevo Progresista controlaba el poder legislativo y el Partido Popular el poder ejecutivo.   La disputa culminó en el cierre del gobierno cuando los legisladores del partido contrario al gobernador no aprobaron la legislación requerida para que se le concediera al gobierno un préstamo de rescate.

En los Estados Unidos el posible cierre del gobierno le tiene los pelos de punta a mucha gente. Allá también los partidos demócrata y republicano comparten el poder gubernamental y están en  una pulseo partidista para resolver el desacuerdo en torno a como manejar el agotamiento de fondos para pagar la nómina de los empleados del gobierno federal.

Más de una voz sensata en los Estados Unidos ha señalado que la solución al déficit presupuestario de esa nación se resuelve recortando el desproporcionado gasto militar.

Si se reducen a la mitad los gastos militares y se utiliza ese dinero para financiar el gobierno y el desarrollo de empleos. sin lugar dudas que la situación fiscal de los Estados Unidos se arregla.

Ahora mismo Estados Unidos esta involucrado en costosas guerras en Irak, Afganistán y Libia que desangran su presupuesto nacional. Si esas guerras inútiles que jamás van a ganarse dejan de pelearse la Nación del Norte estabilizaría la crisis económica que la afecta. En ese escenario, se  beneficiaria a todos los sectores del país y no únicamente a los productores de armamentos y al aparato financiero liderado por la industria bancaria.

Los Estados Unidos, a pesar de ser la más grande economía del mundo, tiene una crisis doméstica cuyas consecuencias agravan todos los demás problemas nacionales: El deterioro de los problemas más sensitivos amenaza con provocar un estallido social de inimaginables consecuencias. Pero, como es de esperarse, la reducción de gastos bélicos, no estará entre las prioridades de sus gobernantes y por el contrario, los recortes o préstamos que se hagan serán a costa del bienestar de la mayoría de la población.

srs