Cuando caminaba por ahí a cuerpo de camisa y pelao de la risa, Freddy Veras Goyco, hacía mear al más recatao y a las menos reservadas las ponía a “cagá pal seto”. Perdonen mi abrupta displicencia, pues me parece un imperdonable acto de cursilería barata no abordar el tema que les quiero contar y de la persona que mejor lo contó si comienzo esto de otra manera.

Empecemos por el comienzo para no enredar la cosa.

Resulta que acabo de llegar de Yonkers, NY, donde compartimos, la más que manda (mi mujer) y su subalterna, su aprendiz (mi hija), con un matrimonio amigo que accidentalmente son dominicanos, de Santiago de los Caballeros. Digo accidentalmente porque muy bien pudieron haber sido del carajo viejo.

En su hogar pasamos un fin de semana de a galón, sin ron ni cervezas, pero con un embolle de carcajadas que acabé la muda de pantaloncillos mucho antes de lo programado.

“Yo lo que quiero es ver la televisión dominicana (la doña me tiró una de sus miradas filosas) pa ver cómo se bate el cobre allá”, le dije a los anfitriones.

Enseguida Félix, el señorón de la casa, me puso un show de variedades y otro de comedia, un talk show, uno de turismo e intentó espetarme una película donde “Boca de Piano”, actor cómico de su país. En eso, recordó que tenía grabadas unas apariciones de Freddy Veras Goyco, a quien siempre tuve entre los grandes comediantes del mundo hispánico, y ahí comenzó lo que les quiero contar.

Resulta que en ese momento, año, día y hora, llovía con cojones en la República Dominicana y cuenta Freddy que, además del diluvio, el pueblo dominicano se hundía desastrosamente en la deuda nacional.

A causa del torrencial aguacero y por la falta de dinero para darle mantenimiento al techo, el Palacio Nacional hacía agua. Era un río, coño, lo que bajaba de las grietas en los tejados del palacio y uno de los alcahuetes de Leonel Fernández le arremangó los pantalones para que no se le mojaran.

Con los pantalones arremangados Leonel arribó a su despacho en donde iba a reunirse con el presidente del banco internacional, con quienes su gobierno estaba adeudado hasta el joyete y antes de que el invitado atravesara la puerta otro de sus muchos alzacolas le dice:

“Sr. Presidente, bájese los pantalones”

Leonel se tomó un tiempito para digerir lo que sus oídos acababan de oí y cuando entró en tiempo, dijo:

“¿Y es tanto lo que debemos?”

Eso lo contó Veras Goyco. No yo.

En otro momento del show, Veras Goyco dijo que la cosa de la economía en dominicana estaba tan descojoná que cuando uno llama al teléfono del Banco Central, una contestadora le dice a uno:

“Para recibir este mensaje en Español, apriete en 1; para recibirlo en Inglés, apriete el 2; para depósitos, apriete el 3; para sustracciones, apriete el culo porque aquí no ni un chele”.

Freddy Veras Goyco era un fuera de liga.

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