A Rin Tin Tin, mi perro sato¹ (QEPD)

Todo comenzó aquel día, hace medio siglo ya, cuando el alcalde le envenenó el perro. Aquello marcó su vida para siempre.

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 Desde entonces abandonó el sueño de ser vaquero. Ya no quería volar por los cielos, como Superman ni navegar los siete mares, ondeando bandera pirata. Primero quiso ser profanador de tumbas para desenterrarlo, cuando le llegara la hora, y tirarlo a los perros. Pero como le temía a los muertos, mató la idea. Más tarde trató de derrotarlo en su hábitat y terminó derrotado. Luego, mientras leía Historia de Puerto Rico de Paul G. Miller², descubrió que la mejor manera de ajustar cuentas con el asesino de su mascota era haciéndose historiador.

 

¹ Sato: Callejero. Sin pedigree. En Rep. Dominicana le llaman pollero..

² Paul G. Miller: Intelectual estadounidense a quien se comisionó redactar la Historia de Puerto Rico, desde el punto de vista de los conquistadores: USA.

 

© Josué Santiago de la Cruz