Dios parece estar en boca de todos, buenos y malos. It make no difference.
Cuando Thomas Rivera Schatz le negó entrada a los periodistas al Senado, se formó lo que tenía que formarse y cuando fueron a Fortaleza a buscar una opinión, Fortuño les dijo:
“Espero en Dios que todo se resuelva”
En en Salinas, en el PPD, después de unas primarias interesantísimas, los ganadores estaban de plácemes con Dios y los perdedores, no todos porque siempre hay sus excepciones, no creen que Dios tuvo mucho que ver con los resultados.
Hubo decepciones y desencantos y por 15 minutos, hubo frases maledicentes en contra del Supremo por permitir que en las urnas se hiciera lo contrario a SU voluntad.
Hasta leí por aquí un consejito de una popular a un rumorado posible candidato a representante, donde, ¡bendito sea Dios!, dice:
“Fulano de Tal tendrá su momento y su lugar cuando Dios decida que así sea… [Porque, en última instancia] Será cuando él proponga y Dios disponga”.
En otras palabras, estos políticos y sus analistas, cuando tienen la brasa debajo de su sartén y no quieren comprometerse, lo dejan todo a Su voluntad. Pero si gana el adversario, ahí es donde la puerca enrosca el rabo, porque es, entonces, que realzamos que Dios no habita solo en las esferas del misterio.
¿Olvidaron a Satanás?
El también obra por senderos misteriosos y tiene, inclusive en las filas de los que se dicen seguidores del Maestro, su buen número de acólitos.
Cuando no salen las cosas como pensamos, o se lo achacamos al Diablo o le caemos encima al pobre Dios con un despliegue léxico/soez (or the other way around if it pleases you that way) que enrojecerían al mismo Howard Stern.
En otras palabras, póngase como se ponga, Dios no gana mucho en la política puertorriqueña, porque son pírricas sus victorias. El que gana no le da todo el crédito de la victoria y el que pierde lo baja a Él y a todos sus santos de sus elevadas cúspides.
Hasta la Súper Yadira, al quedarse alborotada y con ganas, después del consabido desahogo propio de la ocasión, responsabilizó a Dios de lo acontecido y lo comprometió a buscarle otra chanva.
Para muchos políticos Dios sólo los llama a la política. Piensan que Dios los encamina sólo a eso y cuando pierden, desaparecen del diario vivir de sus comunidades y del pueblo, se alejan de los otros llamados que Dios les hace, mucho más importantes que la política (y lo escribe alguien que preside un partido en Salinas). En la Iglesia nos enseñan que Dios nos llama a cada instante. Pero, algunos políticos piensan que Dios sólo los llama cada cuatro años.