El referéndum realizado el domingo pasado es una radiografía de la profunda crisis de liderato que padece Puerto Rico. Los candidatos a la gobernación de los dos partidos principales salieron trasquilados del evento. Tras bastidores, en ambas colectividades, surgió el tema de cambiar el jinete y buscarse un nuevo candidato a gobernador. Si el MUS lo hizo, ¿por qué descartar la idea? Pero ciertamente, no es tan fácil hacer realidad ese deseo. A estas alturas del proceso, el caos político se apoderaría de las calles puertorriqueñas que hasta los mismos criminales serían amedrentados.
Tanto Fortuño como Alejandro se han ganado el premio de protagonizar la campaña política puertorriqueña más aburrida y desmotivada en toda la historia moderna del País. Ese panorama se le atribuye a que ninguno de los dos se ha ganado el respeto de la gente porque no le merecen confianza ni credibilidad. Y esa son palabras mayores cuando de definir un líder se trata.
Así las cosas, porque no existen argumentos sólidos a favor de ambos candidatos, la gente termina resignándose y defendiendo: unos, que ante ese dilema es mejor escoger el menos malo entre los malos y otros, que “más vale malo conocido que bueno por conocer”
En opinión de observadores de la política puertorriqueña, si Alejandro quiere consolidar un triunfo, tendrá que despedir a su dirigente y destacar lo que lo hace diferente de Fortuño.
En otras palabras, Alejandro tiene que dejar de ser una fotocopia del actual gobernador.
Que diferencia va a ver si comen de un mismo plato.
Concuerdo con Ivonne, Bhatia se crecio en esta contienda. Proyecta mucho mas que Alejandro y esta mejor cortado que el para la posicion. Acevedo Vila, como una vez dije, es todavia una fuerza a considerar.
Los politiqueros, porque el político es gremio aparte, se acreditan logros, pero los fracasos los despachan culpando, ya a los seguidores de su partido o al votante. Eso hizo Thomas Rivera Schatz, Presidente del Senado penepé. En lugar de plantear el hecho, a todas luces irrefutable, de que ellos, el directivo, los líderes de su partido (PNP), le han fallado al pueblo, se sacude, como perro chingo, le echa la culpa al elector penepé por no haber salido a votar, en los números que ellos ambicionaron, a favor del SI.
¿Y qué si ese electorado no lo hizo porque o no creía que fuera ese el enfoque correcto para encarar el crimen en Puerto Rico o, sencillamente, porque estaba disgustado con su liderato por las cosas que ha venido haciendo y las que ha dejado hacer? ¿Y qué si ese electorado quiso enviar un mensaje civil, claro, contundente y democrático a los efectos de que NO está dispuesto a ceder NINGÚN derecho ganado a cambio de una responsabilidad incumplida por parte del gobierno?
Esa actitud soberbia y prepotente no es exclusiva ni de Rivera Schatz ni de Fortuño ni de los que en la derrota, como Edwin Mundo, insultan el buen juicio del pueblo. Eso no lo trajo el PNP a la arena política en Puerto Rico. El Partido Popular Democrático, tuvo en su fundador (Luis Muñoz Marín) la soberbia encarnizada. Pero en estos días, siguiendo el tema del politiquero que se acredita logros y adjudica culpas al pueblo para no aceptar responsabilidad de sus derrotas, Alejandro García Padilla hizo lo mismo.
Después de desarraigarse de su partido (PPD) y el pueblo en este issue del SI y el NO, para hacer causa común con su adversario político en su intento por penalizar al pueblo por su ineptitud en este asunto del crimen en Puerto Rico, acepta la derrota del SI culpando a Fortuño y Pierluisi sin darle crédito al pueblo en su toma de decisiones.
Fortuño, Pierluisi y Rivera Schatz (Edwin Mundo no cuenta ni pa banca ni pa pool porque es un imbécil), fueron aún más lejos en su sacudida. Los tres, en Puerto Rico todo se da en tripleta, aceptaron la derrota del SI alegando que el pueblo se manifestó en contra de enmendar la CONSTITUCIÓN, cuando la verdad es que eso NO es verdad. Lo que SÍ el votante puertorriqueño hizo fue votar en contra de ceder un derecho, de abrir una brecha peligrosa por donde podrían irse por la borda otros derechos que nos protegen, aunque vagamente, de los excesos de los gobiernos de turno.
De ese REFERENDUM, donde el pueblo defendió su derecho a la fianza y presunción de inocencia, Luis Fortuño y Alejandro García Padilla salieron lesionados, maltrechos. Paradójicamente, García Padilla lució más errático, menos elegante en la derrota, que su némesis. Si bien es verdad que Fortuño tergiversó, asumo que adrede, el sentir popular, aceptó su decisión. Alejandro García Padilla, por el contrario le achacó la derrota del SI al hecho baladí de que su campaña estuvo liderada por Luis Fortuño y Pedro Pierluisi. En esas declaraciones muestra la simpleza de su pensamiento político que supone que el valor del soldado lo determina el General. Así pensaba Muñoz.
Los partidos políticos se han convertido en una carga demasiado pesada en los hombros cansados del pueblo puertorriqueño. Hay que romper el coco que se tiene con ellos. El amor no correspondido beneficia al que NO ama y NUNCA al que ama. Esa lealtad ciega que se le tiene a los partidos debe terminar si es que de verdad se pretende adecentar la política en nuestro país. JSC
Alejandro debería renunciar y que pongan a Eduardo Bhatia que se lució en este referéndum y ha crecido mucho como persona, como líder y como legislador. Pero eso no va a ocurrir..
Los gringos suelen decir “Either you got it or not” y yo no creo que los populares hicieron una buena eleccion. No hay grandes diferencias entre uno y otro.