Reproducimos la opinión del bibliotecólogo latinoamericano Luis Oporto Ordoñez sobre la monumental fabricación de caso contra el experto en computadoras Julian Assange. Como se sabe, Assange solicitó asilo político en Ecuador, una medida a la que se han opuesto tenazmente los gobiernos  del Reino Unido y los Estados Unidos.

“Cierto. Hay un silencio inexplicable por este tipo de casos, a pesar de la connotación de violencia sexual que se le dio, opino de forma personal, como figura legal extrema para forzar su comparecencia ante un tribunal.

De un hecho estrictamente comunicacional, se lo ha llevado al terreno de la sanción penal anticipada. Pareciera que desde el Departamento de Estado del país del norte, se ha enunciado ya sentencia previa, con el fin de ‘escarmentar’ a cualquier otro ciudadano capaz de repetir la hazaña de J. Assange. Esa actitud era moneda corriente en la época colonial, cuando a los rebeldes se los ejecutaba y exponían sus miembros y cabeza, en picas a la entrada de las ciudades, pero en pleno siglo XXI no se puede concebir una “cacería de brujas”.

Pero el caso de fondo es la difusión de archivos digamos, oficiales, de EE.UU., por un tercero, lo que pone en la mesa del debate temas que legal, técnica y académicamente se discuten en las aulas bajo la deontología o ética profesional.

Creo que los colectivos deben reflexionar, entre otras cosas, sobre el derecho de acceso a la información, dentro del nuevo paradigma de la información electrónica o digital, que circula por las redes y se almacena en la nube.

Lo que ha hecho J. Assange, es romper tradicionales paradigmas, que desde Internet, aún no han sido reglados.

Saludos y mi aliento a este osado Hacker”,

Luis Oporto Ordóñez