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En
Salinas
las olas
del mar
timbalean
una plena
día y noche.

*

Al alba
eterna
lanza
su chinchorro
el pescador
sagaz
para robarle
al mar
un sueño. 
 

El timbal
cadencioso
embrujado
de algas
se abre al cielo
esperando
el beso
de un pelicano
gris.

Y yo,
maravillado
por el verde
que se vuelve azul
me abrazo
a los recuerdos
y una tierna
canción
arrulla
mi alma.

©  2003 Sergio A. Rodríguez Sosa

Foto de Eugenio Martínez