por Edwin Ferrer

Cuando pasó junto a ellos la gente se burló de sus murmullos, sus llantos y su risa. entierro militar

Se compadecieron de novelas extranjeras y él en cambio rezó una plegaria por su juventud perdida en la locura.

— ¡La historia se escribe con sangre!, Gritaba

Entre el día y la noche se quedó solo y con él quedó una caneca de pitorro bajo su almohada. Hundió su rostro en el regazo de su madre y lloró pesadillas bélicas. Las finas cuerdas de su violín temblaron y su respiración lentamente se apagaba.

—İReady aim fire!

Una escolta militar disparaba al aire y una trompeta sonó mientras cubrían su tumba. Una bandera americana ocupaba un lugar en la falda de su madre y un grupo de soldados cambiaban de uniformes para irse al chinchorreo…

@Edwin Ferrer