Todo el sendero de la vida no es otra cosa que un reto que pone a prueba tu actitud ante las situaciones enfrentadas. No todas llegan sin dolor, escasez o tristezas. 

De la mano de la tenacidad, la solidaridad y la diligencia serás capaz de una actitud positiva ante las adversidades personales y colectivas.   

De la mano de la indignación dinámica serás capaz de exigir cuentas y sanear el contexto alienante que empobrece tu vida.

De la mano de la resistencia serás capaz de recuperar la dignidad del trabajo, con la cual, por ti mismo, derrotarás el miedo que te impide conquistar tus aspiraciones.

Una pizca de patriotismo será suficiente para unir tu voluntad a la voluntad de los que construyen un nuevo país.