A punto de media noche salió en busca de un cuerpo para vestirse de carne y sentimiento. Tocó a la puerta de un novelista y lo encontró narrando la historia de un hombre acorralado entre dos mundos. El poeta a quien acudió, dormía en brazos de las musas que al oído le susurraban versos inefables. El dramaturgo estaba inmerso en el drama de la creación…
Cansada la sombra de vagar el mundo sin encontrar lo que buscaba, tramó una idea.
«Aló, aló, aló. ¿Con quién hablo?», preguntó una voz y lo que pareció el eco de su voz, contestó:
«Aló, aló, aló. ¿Con quién hablo?»
Cuando descifré el fenómeno, concluí:
«Debe de ser un cuento buscando quien lo escriba»
«Escríbelo tú», dijo la persona al otro extremo de la línea, «que yo tengo sueño»
© Josué Santiago de la Cruz