Tal vez no me creas, pero no sé de qué hablarte. Lo cotidiano, que tan hermoso suele ser, en la monotonía de mi soledad me aplasta y casi me deja abúlico. Sé que estoy vivo, pero… ¡qué vida ésta!
Me preguntas que cómo estuvieron las fiestas navideñas. Tampoco me creerás que nunca han sido mucho de mi agrado. No celebro la Navidad. Ese es un período más bien comercial y de desenfreno: bebidas alcohólicas, petardos ruidosos y comercios llenos de consumidores peleando con su dinero y sus tarjetas Visa y MasterCard y rabiando por los regalos que tienen que comprar. y a todos se les olvida que es la celebración del nacimiento del hijo del carpintero. No lo invitan a la fiesta. Para la mayoría el centro de la celebración es el Viejo Pascuero (Santa Claus) que ni por equivocación menciona el nombre de Jesús de Nazareth. Muchos saben el nombre de cada venado, pero si le mencionas al Salvador del Mundo te miran de sosquín y piensan:
“Ay, qué agua-fiestas”. No sé si es por eso que siempre he preferido pasar esas fiestas en soledad. (Y en Viernes Santo, ni se diga: eso lo separan para irse de fin de semana a la playa y regresan al hogar los domingos por la tarde, rojos como langostas y apestosos a ron. Claro hay una minoría diferente, pero es eso: una minoría). Nada, así es el ser humano en todas las culturas, me parece…
Eso sí, en estas navidades vi mucho cine; películas que bajo de YouTube. Hay películas buenas, aunque también hay muchas que son bodrios. Hasta he visto películas rusas, usualmente muy buenas. Hay películas hechas en España que parecen ser excelentes, pero las detesto porque no entiendo un divino de lo que hablan por el ABUSO de la Z y porque usan un tono de voz muy grave, casi inaudible. Una lástima. El cine francés tiende a ser muy bueno (obviamente, no siempre). Pero, si, siempre encuentro algo que ver. Y documentales.
Por lo demás… la vida sigue igual, como un río más-o-menos tranquilo que uno no sabe hasta dónde llegará.
Yo, hastiado de todo, dejé de tomar mis medicamentos hace cerca de seis meses. (Pero no te alarmes, yo estoy bien) 😊
Bueno, sé que debo haberte sonado como un viejo cascarrabias, perdona. Es que “hay días y…. hay días”.
Un abrazo,
José Manuel
Jose Manuel – somos dos viejos “cascarrabias,” aburridos y parte de la minoria – porque la unica forma que yo celebro mi Navidad es yendo a las celebraciones en la iglesia y enviando las tarjetas de Navidad a mis seres queridos….por lo demas: NI regalos; NI arbolitos; NI fiestas; NI despedida de ano! Asi que no estas solo, compadre – somos felices – aunque seamos de las minorias – a estas alturas de mi vida – yo digo, como me dice a veces mi hijo – “ay mami, que me importa a mi – yo soy feliz, no matter what!” Ja, ja!