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Tras el paso de los huracanes Irma y María por nuestro terruño se ha visto la triste realidad y conocido la verdadera crisis. Desde el azote estamos padeciendo lo que conlleva perder los servicios básicos que nos impone el progreso.  Los huracanes también dejaron expuesto el problema causado por unos postes de madera en la urbanización La Monserrate que son motivo de preocupación para la hilera de casas que colinda con el Río Salinas.

La urbanización, que fue construida a fines de la década del cincuenta, se compone de unas 83 viviendas y su bloque D colinda por el oeste con el Río, que aunque es un río tranquilo, ya que no tiene corrientes de agua vivas, cuando la naturaleza lo determina se vuelve peligroso causando inundaciones cuyas aguas han llegado hasta la Plaza Las Delicias de Salinas en varias ocasiones.

Temiendo que las las crecidas del río afectaran sus vidas y propiedades los vecinos residentes del bloque D solicitaron al alcalde de esa época, Társilo Godreau, iluminar la parte colindante con el río utilizando la línea de postes existentes detras de las casas desde los cuales se conecta el servicio de energía eléctrica en los bloques C y D.  La gestión del alcalde fue exitosa y la Autoridad instaló los focos que iluminarían la ribera del río.

Cerca de 15 años más tarde, la AEE sorprendió a los residentes con una comunicación que indicaba que tenían que pagar un retroactivo por el consumo de luz de dichos postes.  Alegaban que los postes cumplían un fin privado porque los focos alumbraban los patios de las residencias y no hacia el río.  Recuerdo vagamente que mi cuenta sobrepasaba los doscientos dólares y la amenaza de que si no pagaba se llevarían los focos instalados.  Por supuesto que varios vecinos se opusieron y se negaron a pagar  y  ademas se exigió que no removieran los focos.  De esto van cerca de 15 años ya y lo único que hizo la AEE fue que dejaron de dar servicio de mantenimiento a los postes: bombilla fundida, bombilla que nunca se han sustituido.  En  específico a uno de los postes situados en la colindancia con mi terreno,  hace más de 10 años, le pusieron una franja de metal de cuyo contenido me enteré recientemente. La marca advierte al personal de la AEE que el poste está podrido y que tenían que tener cuidado al trabajar en el mismo.

Por supuesto los huracanes Irma y María se han encargado de que los dos postes situados en mi terreno tendrán que ser sustituidos porque quedaron en muy mal estado y constituyen un grave peligro ya que con una brisa adicional caerán sobre la casa.

En diciembre, mientras me encontraba en los Estados Unidos restablecieron el servicio eléctrico en la urbanización.  Por no encontrarme en la isla no pude aplaudir ni gritar cuando llegó la luz.  Pero cuando regresé me esperaba una sorpresa.   La instalación que hizo la AEE me defraudo al punto de que si hubiera estado en la casa no hubiera permitido que instalarán la electricidad. Luego de invertir más de cien dólares en comprar materiales, que ellos mismos me recomendaron, no los utilizaron y la trenza que alimenta la casa la bajaron desde mismo poste podrido del que originalmente se conectaba la casa.  El problema es que este poste está a un soplo de viento de 30 millas para caer sobre la casa.  Usaron el mismo poste que desde hace más de 10 años está identificado por la propia  AEE  con un rótulo de metal que indica que está podrido y que advierte a los celadores que no lo suban porque puede partirse o caer. De modo que activaron la luz del sector utilizando los postes podridos a punto de caer sin considerar que es primera prioridad evitar riesgos a la vida.

©Roberto Quiñones