Tanto Carlos Campos, como Pepe, el ciego poseían unos vozarrones operáticos súper sonoros. La contienda entre los voceadores era algo esperado por toda la población ávida de entretenimiento para matar el tiempo. Los limpiabotas de entonces comenzaron a molestar a Pepe el Ciego. Cada vez que el anunciaba el Teatro San José le gritaban Monserrate. Pepe montaba en cólera y les gritaba unos improperios impublicables refiriéndose a las partes pudendas y costumbres amorosas de la madre de los limpiabotas que se escuchaban a la distancia.
Era un horroroso espectáculo, aunque para otros jocoso, que terminaba con un bastonazo en dirección al agitador. Escuche de voz del Padre Torres su malestar e inconformidad por este proceder de Pepe, el ciego, puesto que él era quien tocaba los repiques de campana.
Una mañana después de la misa de 7:00. el Padre Torres me sorprendió. Tenía una campanita en la mano y me pregunto si yo sabía tocar un repique de campanas. Inmediatamente, sin pensarlo, le dije que sí. Me dio la campanilla. Introduje mi dedo índice y tocando el mazo empecé a dar toques alocados. El cura me dijo: eso es, tú sabes. 😳 Entonces, junto con Nono* planeamos como lograr imitar el repique de campanas de Pepe, el Ciego. Cosa que logramos tocando una de las dos campanas cada uno. Fue un éxito, al punto que Pepe se enojaba cuando le decían que lo hacíamos mejor que él.
Así fue como, junto a Nono, me convertí en sucesor de Pepe, el Ciego en la honrosa y comprometida tarea de repicar las campanas en la Parroquia de la Monserrate de Salinas. Aprendí y recibí el aprecio de la feligresía de entonces. Memorables repiques que guardó en mi alma fueron el del día del regreso del Padre Torres de su Peregrinación a Roma y los del día del Centenario de la Iglesia en 1954.
Un día, tocando un repique se zafó una tuerca del mazo y milagrosamente no me despedazo la cabeza. Le conté lo sucedido a mi madre Tilita. Su respuesta fue contundente. No te quiero por allí ni de visita. Así terminó mi experiencia como monaguillo y sacristán de la Iglesia La Monserrate de Salinas, en 1955.
©©Dante A. Rodríguez Sosa
Muy interesante información pues yo solamente conocía de un teatro, El Monserrats de Don Chuito y Doña Lillian, ella siempre bien encopetada.