Share this:
- Click to share on Facebook (Opens in new window) Facebook
- Click to share on LinkedIn (Opens in new window) LinkedIn
- Click to share on Tumblr (Opens in new window) Tumblr
- Click to print (Opens in new window) Print
- Click to email a link to a friend (Opens in new window) Email
- Click to share on WhatsApp (Opens in new window) WhatsApp
- Click to share on Pinterest (Opens in new window) Pinterest
- Click to share on Telegram (Opens in new window) Telegram
- Click to share on Pocket (Opens in new window) Pocket
- More
Marinín: nos estamos volviendo insensibles ante la desgracia ajena y hasta te diría de la propia, nos estamos acostumbrando a la muerte, hay baleados cada día, hay robos, asaltos, guerras. Tú los denuncias, la prisa nos insensibiliza, nos deja extraños ante el otro que padece o se muere directamente, como la protagonista de tu relato. Tu ojo de mujer sensible te hace ver estas cosas. Es bueno que las traigas a tu teclado, que las marques, que tengas al lector en vilo hasta que se nos demos cuenta de nuestra falta de humanidad. Los médicos dicen que nos morimos de stress, de falta de comunicación, de exceso de trabajo, o desocupación. Nos vamos muriendo sin disfrutar una puesta de sol. La chica de tu relato, cualquiera que atienda al público, sabe que llega un momento que la gente se convierte en una masa exigente que con idiferencia mira sus demandas, nada más.
Me gustó la narración en una valiente descripción de un mundo desquiciado.
Besos.
Gloria
Comentario corto ante la insensatez: La angustia del que lo da todo y no le dan nada.