–Hoy voy a callar, voy a escuchar el mar que me ruge dentro, el latir de mi corazón que me mueven al deseo, el canto de aves que acompañan mis sueños. Desnuda en cuaresma para sentir la seda al paso de la brisa.-
–Cúbrete con los verdes y plateados de las hojas del yagrumo. Adorna tu cabello con flores de
alelí. El rocío de la mañana no es suficiente, déjame perfumarte con los pétalos de rosa que recogí para ti. Tu belleza esta presa en este paraíso, podrías a tus pies tener el universo… Ahora toma, anda, prueba. Tendrás la sabiduría y serás eternamente bella y amada.-
–Me voy de compras, necesito ropa apropiada para cuaresma. El email está lleno.-
© Marinín Torregrosa Sánchez
Lo escribi pensando en Eva en el Paraiso, quise hacer un dialogo entre ella y la serpiente. Ella en su origen pura y la serpiente que le despierta la malicia y la codicia.
Pero muy bien lo puedo trabajar como usted me lo sugiere,como un monologo, esa lucha interna que tiene el ser humano con un agelito en un hombro y el diablito en el otro. Gracias sigo aprendiendo, nunca es tarde.
Si suprimes los guiones, porque solamente se escucha una voz en ese diálogo interno, interrumpido por la oración de cierre, tienes un monólogo, muy breve, y, creo, leería mejor y cumpliría mejor su cometido.
Aparte de la cosa técnica que te menciono, carga tu narración un intenso sentimiento erótico matizado con un romanticismo que, como ocurre con los boleros que casi nadie escucha y nadie compone, es un elemento venido a menos en nuestra sociedad preoscurantista.