santiago-de-chilepregúntale a los milicos

que hicieron en La Moneda”.

Sabina, violetas para Violeta.
adad

 

 

Puedo sentarme al borde de tu vida

como una ventana abierta

desde adentro

al fondo de mis venas

asas

sentir la espléndida hermosura

de las superficies

en las que rumba

el flujo íntimo de tus días

addada

oir como aún serpentea

entre las células de tu alma

el terror que los milicos

sembraron en La Moneda

dadasdd

aunque Benedetti ha muerto

como las flores mueren
aas

el olvido está lleno de memoria”
zzzzzzcxc

y alzados seguimos el camino

al que jamás renunciamos

en la noche de espanto.