La vida en el poblado transcurría sin premura, entre cafetines, jugadas de azar clandestinas, peleítas mongas entre aficionados al politiquismo partidista y una que otra escapada a Borinquen en busca de un santiguo.
Su incandescente sol doraba las espigas de la caña y el pitirre, sobrevolando la grácil topografía lugareña, miraba desde la altura sus calles pobladas de buitres.
En la playa, donde “los cocoteros esbeltos y las palmas orgullosas se mecen al soplo enamorado del céfiro cantador” el pescador lanza el chinchorro que regresa de las aguas vacío.
No lejos de allí, en el centro poblacional, un hombre camina con las manos entrelazadas a sus espaldas. Llega a la plaza. Levanta la cabeza y dirige su mirada a la Iglesia. Hace la señal de la Cruz y luego reanudar la marcha.
“¡Pan!”, la voz del jíbaro quebró el silencio mañanero y él lo mira.
“¡Tierra!”, gritó la muchedumbre, sacudiéndose el marasmo de siglos, y la observa.
¡Libertad!”, llegó por los altavoces la voz de un hombre montado en tribuna y fue, entonces, cuando comprendió que ya era tiempo de dormir la siesta.
© Josué Santiago de la Cruz
Sucede cuando la gente se conforma con un pedazo de pan con mantequilla porque se puede saciar el hambre. Imaginense si no hubiera pan de agua y sobao. O panapenes o tamarindos, ciruelas, mangos, jueyes, sardinas pedidas de un chinchorro etc. Es lo único que nos queda, pues ya la tierra se está consumiendo. ¿La libertad? Hoy en dia aquellos que levantaron el vuelo tienen un pedazo de metal debajo de los brazos.
Pan, tierra y libertad fue consigna política ampliamente extendida por el mundo a principio de siglo 20. Era los tiempos en que los pueblos exigían una mejor repartición de las riquezas y abogaban por la nacionalización de empresas de servicios básicos en manos privadas. En Puerto Rico Pan, Tierra y Libertad fue el grito de promesa del Partido Popular Democrático al final de la década de 1930. Se puede reflexionar sobre si ese partido cumplió a cabalidad esa promesa y ciertamente habrá opiniones encontradas al respecto.
Este micro de Josué, que utiliza como centro de su discurso la frase Pan Tierra y Libertad, admite, como es usual, más de una lectura interpretativa. La pregunta a contestar, es ¿porqué, el hombre de las manos entrelazadas a la espalda decide que ya era tiempo de irse a dormir la siesta?