Soy la mar dónde  desembocas con furia y viertes tus placeres.
Tu eres río; corriente  alegre que se  lanza al romance de mis olas  en un vals de perlas y espuma.
Conoces tu camino, donde te aguarda la sombra, los troncos, las piedras y hasta el pez que nadará desafiando la corriente.
Pero nunca navegarás tan profundo en mis entrañas. Seré siempre el misterio que te recibe pero no se entrega. La que guarda bien adentro su historia en un buque hundido en arenas impregnadas de recuerdos. La de la fortuna escondida entre arrecifes y corales. La que duerme en el crepúsculo y al encuentro se torna indomable.
© Marinín Torregrosa  Sánchez