A Piliche

lagrima12

Despertaba de madrugada con unos deseos que controlaban su mente y descontrolaba su cuerpo. Miró al otro extremo de la cama, donde dormía su mujer y se tiró en silencio para no despertarla.

—Si se entera morirá de dolor, fue su único pensamiento.

Se vistió de prisa, salió y echó a correr el auto.

En los mismos instantes en que se alejaba, unas manos descorrieron la cortina de aquella única ventana y unos ojos se bañaron en lágrimas.

©María del C. Guzmán