Qué jodienda!
Por muchos años Piculín Ortíz era, a mi entender, de lo más grande que había dado el baloncesto de Puerto Rico. ¡Cuánto lo he admirado!
¡Qué modelo para nuestra juventud!, pensaba yo.
Pero hoy ha sido su día. Cayó miserablemente con una siembra de 215 matas de marihuana, matas más grandes que un sembrado de yucas. Y armas de fuego.
Repito: ¡Qué jodienda!
¿Qué pasa con la mente de estas personas? ¿Qué necesidad podía tener este ídolo nacional como para envolverse en el mundo del narcotráfico, para involucrarse en el mundo del crimen?
El “ay bendito” tiene que acabar y es ya. Ya. Porque ya nada de esto me da lástima. Lo que me da es rabia. Repito: ¡…güen… la óspera! ¡Pa’l infierno con la pena y el ay bendito!
José M. Solá
En un pais donde la corrupcion reina, hasta los mas altos y fuertes caen.La decencia es colectiva; no lo culpo, porque si en un tiempo fue un gran atleta, preguntense porque los politicos y los que legislan tambien se ven envueltos en corrumpir al pais con el dinero
sucio de la droga.Excusas? ninguna.Pueblo; hay que mirarse al espejo sin tener que imitar las cosas malas de otros paises.La primera libertad esta en uno mismo o sea cuidar su propio templo.Luego ayudar a los demas.
Que decepcion mas grande cuando me entere de la noticia! Trataba de procesarlo en mi mente mientras pensaba – NO, NO..no puede ser. Me cayo como cuando te comes algo que te cae mal…Pero, asi es la vida! Y que triste es ver cuando un muchacho tan bueno como Piculin Ortiz haya caido en esto. Triste, porque lo mismo puede pasarle a un buen amigo o a un hermano o a un hijo. Y entonces, que vamos a hacer? A rechazarlo? A despreciarlo?
A juzgarlo? Pongamonos a orar BIEN fuerte, porque el diablo anda BIEN sueltecito y no se sabe a quien podria dominar man`ana.
Que Dios nos ampare!